Por un error administrativo, Daniel Hernández García fue liberado por el sistema penitenciario del DF antes de cumplir su sentencia, pero, tras varias horas libre, fue a ver al juez y pidió que lo encerraran de nuevo.
El 1 de septiembre, a las 23:23 horas, el interno del Centro Varonil de Readaptación Social (Cevareso) fue llamado y notificado de la compurgación de su sentencia.
Su papeleta de liberación fue firmada por el subdirector jurídico, el jefe de custodios y la encargada de la mesa de libertades.
Sin embargo, ninguno se percató de que el reo estaba relacionado con dos causas penales: una por violación -de la cual ya había cumplido la sentencia- y otra por la cual le faltaban tres meses de prisión.
Daniel salió de la cárcel y fue a su casa, en Iztapalapa. Ahí, sus padres lo convencieron de entregarse. Al día siguiente se presentó en el Juzgado 2 del Reclusorio Norte.
Personal del juzgado llamó al Cevareso y, en minutos, funcionarios y custodios regresaron a Daniel a prisión.
Fuente: Reforma
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