La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se alarmaron esta semana de los efectos desastrosos que tienen los productos “ultraprocesados” sobre la salud –particularmente en casos obesidad–, y advirtieron que en México, cuarto consumidor mundial y primero en América Latina, se consumen en promedio 212 kilogramos de esta comida “chatarra” por año y por persona.
A diferencia de los alimentos poco o no procesados, los productos “ultraprocesados” son fórmulas elaboradas en los laboratorios de la industria agroalimentaria y aplicadas en procesos industriales, explican las organizaciones en un informe.
Así, a un alimento de base comprado a costo muy bajo los científicos añaden un sinnúmero de aditivos que permiten aglutinar, colorar, edulcorar, emulsificar, estabilizar, dar sabor y conservar el producto final.
“La alimentación resultante se caracteriza por una densidad calórica excesiva y por ser rica en azúcares libres, grasas no saludables y sal, y baja en fibra alimentaria”, explica la OMS, al tomar como ejemplo, entre otros, las papas fritas en paquete, los helados, los dulces, las cereales, las galletas, los refrescos o los paquetes de “comidas listas” que sólo necesitan de unos minutos en el microondas para ser consumidos.
En 2013, cada mexicano comía en promedio 27 kilogramos de alimentos ultraprocesados y tomaba 185 litros de bebidas ultraprocesadas –refrescos– por año. Trece años antes, comía 20 kilogramos de chatarra y bebía 164 litros de refresco en promedio.
Fuente: Proceso
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