Esta sustancia está presente en bajos niveles en una variedad de alimentos para perros y gatos
La exposición mediana de los perros equivaldría a solo el 0.7 por ciento del límite de glifosato establecido para los humanos
Un estudio reciente hecho por la Universidad de Cornell, publicado este mes en la revista Environmental Pollution, encontró que el glifosato es un ingrediente herbicida activo de uso generalizado, que está presente en bajos niveles en una variedad de alimentos para perros y gatos.
Sin embargo, cabe señalar que antes de cambiar de marca de alimento debes tener en cuenta que las cantidades de herbicida encontradas corresponden a los niveles que actualmente se consideran seguros para los humanos.
El estudio surgió de un proyecto de investigación interdisciplinario liderado por Brian Richards, investigador asociado en ingeniería biológica y ambiental, y apoyado por el Centro Atkinson para un Futuro Empresarial Sostenible, que buscaba reevaluar la movilidad y los impactos del glifosato en varios contextos: movimiento de los campos de cultivo en aguas superficiales, impactos en los suelos y en los animales que lo consumen en su alimentación.
De acuerdo con los co-investigadores de Richards, Anthony Hay, profesor asociado de microbiología, y Kenneth Simpson, profesor de medicina de animales pequeños, visitaron una tienda de mascotas y una tienda minorista, donde seleccionaron varias bolsas de alimentos para perros y gatos de las principales marcas.
Posteriormente, los 18 alimentos fueron todas mezclas de ingredientes de carne y vegetales, y un producto fue certificado como libre de OGM. Los análisis realizados por el investigador y autor principal Jiang Zhao en el laboratorio de Hay y el especialista en apoyo a la investigación Steve Pacenka, encontraron que todos los productos contenían glifosato en concentraciones que oscilaban entre aproximadamente 80 y 2 mil microgramos de glifosato por kilogramo.
Debido a que no hay información suficiente para determinar qué efecto tiene la exposición al glifosato en dosis bajas y si es que tiene alguna, en animales domésticos, los investigadores utilizaron pautas de ingesta diaria humana aceptables para poner estos hallazgos en contexto, dando como resultado que la exposición mediana de los perros equivaldría a solo el 0,7 por ciento del límite de glifosato establecido para los humanos.
“Si bien los niveles de glifosato en los alimentos para mascotas nos sorprendieron, si un ser humano los consumiera todos los días, su exposición al glifosato aún estaría muy por debajo de los límites actualmente considerados seguros”, dijo Hay.
“Incluso el alimento más contaminado que estudiaron tenía miles de veces menos glifosato que los niveles que se demostró que no tienen efectos adversos en los perros en el Proyecto de Evaluación de Riesgo para el glifosato de la EPA de los EU”, declaró Dan Wixted, un educador de pesticidas de Cornell Cooperative Extension, que participó en el estudio.
Si bien no pudo identificar el producto o los cultivos exactos que eran la fuente del glifosato, el equipo de Hay encontró una correlación con la fibra, lo que sugiere un origen a base de plantas, destacó Excélsior.
“Sabemos que el glifosato solo está certificado para la fumigación en cultivos, y no se bioacumula en los animales, por lo que no podemos esperar que provenga de animales alimentados que son las principales fuentes de proteínas en algunos de los productos”, dijo Hay.
Un hallazgo sorprendente del estudio fue que se detectó glifosato en el único producto libre de OGM que los investigadores analizaron a niveles más altos que los de varios otros alimentos procesados.
“El glifosato está presente en la comida de nuestras mascotas, y aunque no parece haber ningún riesgo inmediato, todavía hay incertidumbre sobre el impacto crónico de dosis bajas como estas”, dijo Hay.
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