Si no se limpia constantemente o se renueva puede causar daño en los ojos, oídos o estómago
Los “patitos de hule” contienen un gran número de bacterias y hongos
El “indefenso” pato de hule que los padres dan a sus hijos cuando se bañan puede ser dañino si no se limpia constantemente o se renueva. Los daños en los ojos de los menores pueden ser severos, así como en los oídos o el estómago.
Investigadores del Swiss Federal Institute of Aquatic Science and Technology, en colaboración con científicos del departamento de ingeniería civil de la Universidad de Illinois (Estados Unidos), estudiaron 19 juguetes de baño empleados en condiciones reales de uso y han llevado experimentos controlados en otros seis juguetes idénticos en el laboratorio.
Los resultados de la investigación revelaron que el 58 por ciento de esos juguetes tienen hongos, así lo publicó el periódico Biofilms and Microbiomas.
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Los “patitos de hule” contienen un gran número de bacterias y hongos, trayendo consigo un sin fin de enfermedades, como Legionela y la Pseudomonas aeruginosa.
La Legionela es una enfermedad muy peligrosa del pulmón que se puede contraer por inhalar ciertas gotas de agua, como las que desprenden los aires acondicionados y los tubos por donde circula este aire. La Pseudomonas aeruginosa es una bacteria que puede afectar a aquellos que poseen un sistema inmunitario débil.
De acuerdo con el periódico ABC, Frederik Hammes, encargado de supervisar el estudio, afirmó que el material de goma usado para fabricar estos patitos tenía en parte la culpa, y que una regulación más precisa podría disminuir el daño potencial.
“Es verdad que también podría fortalecer el sistema inmunitario, lo cual sería positivo, reconoció, pero también puede ser el motivo causante de distintas infecciones peligrosas para la salud”, señaló el investigador.
Hace un par de años surgió una polémica en torno a un famoso juguete de goma utilizado en todo el mundo para que los bebés muerdan y eviten así los dolores provocados por la dentición de los niños. Muchas madres denunciaron entonces que la baba de sus pequeños se había colado por los agujeros y había causado un peligroso moho negruzco en su interior.
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