Científicos revelan que el agua contiene partículas de diversos tipos de plástico
Un estudio hecho a más de 11 marcas en todo el mundo reveló que el agua embotellada tiene más contaminantes que el agua de grifo
Un estudio realizado por Orb Media, una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos, asegura que el agua embotellada no es tan pura como la suelen presentar los anuncios.
Para esta conclusión, los investigadores analizaron 259 botellas de agua que se comercializan en nueve países distintos, de las cuales 93 por ciento de ellas contenía algún tipo de microplástico, como polipropileno, poliestireno, nailon y tereftalato de polietileno.
Entre las 11 marcas analizadas se encuentran: Nestlé Pure Life, Aquafina, Dasani, Evian, San Pellegrino y Gerolsteiner, además de otras marcas nacionales importantes de Asia, África, Europa y América.
Las botellas utilizadas fueron adquiridas en Estados Unidos, Kenia, China, Brasil, la India, Indonesia, el Líbano, México y Tailandia.
De acuerdo con la investigación, Orb Media encontró que en cada litro de agua hay 10.4 partículas de plástico de 100 micrones de tamaño o mayores. Esta concentración dobla la cantidad de microplásticos contenidos por el agua del grifo analizada en otro estudio internacional de la misma organización en 2017.
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Con este estudio también se pudieron identificar partículas más pequeñas que estaban presentes en el agua, en una proporción de 314 por litro de media. Aunque algunos expertos creen que también se trata de plásticos, aunque algunas de esas partículas no han podido ser identificadas del todo.
El portal RT indica que por ahora se desconoce cuáles son los efectos que tienen los microplásticos sobre la salud humana, ni tampoco se sabe si existe un nivel de consumo seguro.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria sugiere que la mayor parte de los microplásticos son desechados por el cuerpo. Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ha expresado su preocupación por la posibilidad de que algunas partículas fueran lo suficientemente pequeñas para entrar en el torrente sanguíneo y los órganos.
En el estudio no se pudo identificar el origen del plástico detectado. Por ahora los científicos desconocen si el plástico ya estaba presente en el líquido antes de ser embotellado.
Al respecto, la catedrática Sherri Mason, autora principal del estudio, ha señalado que, en el caso del agua, los consumidores pueden decidir no comprarla embotellada, pero al no existir alternativas recaen en esta práctica.
“Es manejable, ligero, cómodo y barato: eso hace que sea muy conveniente…Es muy difícil hacer que la gente se preocupe por las cosas que no puede ver”, sentenció la experta.
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