La escuela desistió de recibir al pequeño debido a la presión social
Hace unas semanas se hizo viral la historia de “Ice Boy”, un niño de ocho años que tras caminar varios kilómetros para llegar a la escuela terminó con el cabello y las cejas cubiertas de hielo.
Se trata de un niño originario de China llamado Wang Fuman, cuya fotografía fue difundida por su profesor. El menor debía caminar 4.5 kilómetros todos los días para llegar a su escuela primaria en la región de Zhaotong, una de más pobres de China.
No obstante, la vida del niño cambió tras la publicación de dicha fotografía, pues miles de personas alrededor del mundo decidieron hacer donaciones para ayudarlo y fue invitado, junto con toda su familia, a un viaje a la capital, Beijing.
Una escuela privada más cercana y cómoda decidió sumarse a los apoyos y ofreció al pequeño la posibilidad de matricularse para que su calidad de vida y educación mejoraran.
La buena noticia duró poco, pues una semana después de iniciar clases autoridades de la escuela privada contactaron al padre del menor para notificarle que sería mejor que regresara a su lejana escuela pública.
La justificación fue que el interés por la historia de Wang generaba una gran presión, tanto en la sociedad como en el Gobierno, y estaba haciendo las cosas difíciles para los encargados de la escuela privada.
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