Ciudad de México, 4 de abril.– Acusado por la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de ser un alto mando de Los Zetas, el escolta Héctor Casique Fernández fue certificado en 2007 por el Instituto de Profesionalización de Seguridad Pública del Estado de Quintana Roo en materia de Narcotráfico e Investigación Criminal.
De acuerdo con un documento emitido por la Dirección General de Seguridad Pública, Tránsito y Bomberos firmado por el Mayor de Caballería, Luís León Magno Beltrán Pineda, el 19 de octubre de 2007 Casique Fernández fue seleccionado para participar en el curso “Narcotráfico e Investigación Criminal” impartido por la Embajada de los Estados Unidos el cual se llevó a cabo en la ciudad de Chetumal.
Casique Fernández fue acusado en marzo de 2013 de ser el autor intelectual el asesinato de siete personas en el bar La Sirenita ubicado en la región 233 de Cancún.
Antes se desempeñaba como instructor de defensa personal y especialista en artes marciales, capacitaba a policías municipales y judiciales.
Incluso era solicitado para apoyar en labores de escolta en eventos oficiales del Gobernador Roberto Borge Angulo, como aquella ocasión en que participó como ayudante del Estado Mayor Presidencial en la visita del presidente de Colombia, Álvaro Uribe a Cancún, en junio de 2011.
Según la versión de Cacique, fue torturado a manos de la Policía Judicial cuyo director era el actual Secretario de Seguridad Pública de Cancún, Arturo Olivares Mendiola, quien junto con la Procuraduría de Justicia, orquestó la fabricación del delito.
De acuerdo a documentos en poder de Luces del Siglo, en tiempos del Gobernador Félix González Canto, Héctor Casique fue certificado por Instituto de Profesionalización de la Seguridad Pública , en materia de “Narcotráfico e Investigación Criminal”. Entonces, el ahora detenido fungía como instructor adscrito al Estado Mayor.
La alta preparación de Cacique en defensa personal y conocimientos sobre seguridad, está demostrada por diversos diplomas y constancias que recibió por su participación en decenas de cursos y capacitación en materia de seguridad e inteligencia.
Entre ellos, cursó el Entrenamiento en Operaciones de Alto Riesgo en Tamaulipas, Técnicas de Protección Ejecutiva bajo fuego real y fue certificado como Instructor en Técnicas de Protección Ejecutiva.
Además, tomó el Curso de técnicas de tiro policial, así como el entrenamiento y formación en intervención policial, cacheo y sometimiento táctico, así como un Curso Técnico sobre lectura de grafitis, interpretación de tatuajes, lenguaje verbal y no verbal de Mara Salvatruchas.
El 16 de marzo, elementos de Seguridad Pública Municipal detuvieron a Héctor Casique por presuntamente ser operador de Los Zetas y autor intelectual del ataque al bar La Sirenita, ubicado en una zona popular de Cancún.
Doce días después de su aprehensión se le dictó auto de formal prisión por el delito de homicidio calificado por el asesinato de siete taxistas en el bar La Sirenita. La única prueba fue su declaración ministerial –firmada solamente por sus huellas dactilares– luego de varias sesiones de tortura.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Amnistía Internacional (AI) han denunciado las torturas cometidas en contra de Héctor Casique, que van desde golpes, toques eléctricos y asfixia a manos de la Policía Judicial adscrita a la Procuraduría General del Estado de Quintana Roo.
Asimismo, Casique Fernández envió una carta el 29 de noviembre de 2014 al titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, donde relata cómo sufrió los abusos y donde denuncia a varios funcionarios por estas acciones, como al Procurador de Justicia estatal, Gaspar Armando García Torres; al Subprocurador Carlos Arturo Álvarez Escalera y el ex director de la Policía Judicial y ahora Secretario de Seguridad Pública municipal, Arturo Olivares Mendiola.
“Éstos dos últimos estuvieron presentes en la tortura que me hicieron, y tuvieron el descaro de presentarme ante los Medios de Comunicación totalmente golpeado”, señala en la misiva Casique.
Las secuelas de esta tortura fueron documentadas en el informe basado en el manual para la investigación y documentación eficaz de tortura conocido como el Protocolo de Estambul realizado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Pero las autoridades estatales se han empeñado en que Héctor Casique siga en la cárcel, ya sea porque han encontrado “nueva evidencia” o porque han sido omisos ante los amparos obtenidos a su favor por la tortura que sufrió.
Para Casique Fernández el origen del problema fue una discusión con Arturo Olivares Mendiola, cuando dirigía a la Policía Judicial, con quien negoció su incorporación a la corporación.
“Mendiola era mi amigo y mi compadre, me vendió una plaza en la Judicial para que yo fuera su escolta, ya que yo entrené a la mayoría de los policías judiciales en cursos para guardaespaldas, me la vendió en 150 mil pesos y yo le entregué la mitad… El tiempo pasó y mi plaza no llegaba, como tenía una buena relación con el ex subprocurador le dije que lo acusaría si no me devolvía mi dinero o me daba de alta en la plaza, nos hicimos de palabras, me amenazó y justo una semana después me detuvieron”, señala Héctor Casique en sus múltiples declaraciones a lo largo de dos años.
A pesar de todo ello, Héctor Casique continúa tras las rejas por un delito que, dice, no cometió. Ahora, forma parte de los más de Esreportados en los últimos dos años.
Con información de Sin Embargo
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