Fue construida en 1956 ya ha soportado tres terremotos
Mientras otros edificios con menos de un año de antigüedad colapsaron en el pasado sismo, esta construcción de hace 60 años sigue firme
La Torre Latinoamericana, construida en 1956 y con una altura de 181 metros, ha resistido tres terremotos que han sacudido a la Ciudad de México.
El rascacielos, de 44 pisos, fue considerado el edificio más alto de la ciudad hasta 1972 cuando obtuvo el récord como la torre más alta del mundo fuera de Estados Unidos.
Su fachada está compuesta por cristal y aluminio. Es única en el mundo pues está asentada en una zona de alto riesgo sísmico, en el corazón del ciudad, sobre la esquina del Eje Central Lázaro Cárdenas y la avenida Francisco I. Madero, colonia Centro.
Para la construcción de este edificio se consideró un proyecto de 27 pisos, con pilotes de madera, estructura de acero reforzado con concreto, semejante a los edificios vecinos, pero luego de una revisión del subsuelo se determinó que era posible construir un edificio más alto.
La Torre Latinoamericana albergaría la compañía Latinoamericana de Seguros con la enmienda de hacer una construcción que representara la importancia de la empresa en México y el crecimiento de la ciudad y del país.
El 28 de julio de 1957 un terremoto sacudió la Ciudad de México y la Torre se mantuvo firme al movimiento, por lo que le valió un reconocimiento del American Institute of Steel Construction (Instituto Americano de la Construcción de Acero).
Para el año de 1985, nuevamente la ciudad sufrió uno de los terremotos más devastadores de su historia. Sin embargo la Torre no se cayó y siguió de pie con sus 44 pisos intactos.
La semana pasada, nuevamente la Torre Latinoamericana nos mostró la entereza con la que fue construida. El sismo del pasado martes con magnitud de 7.1 solo rompió algunos cristales del inmueble, pero su construcción no sufrió ningún daño.
En la Benito Juárez colapsaron edificios con apenas un año de antigüedad
El director de la Torre, Pedro Fossas, señala que pese a que el edificio ya no es el más alto de la capital, ni el más moderno, sigue manteniéndose firme. Explicó que para modernizar el inmueble será necesarios muchos millones de pesos, para los cuales una forma de obtener recursos sería la venta de espacios publicitarios, pero la autoridad no permite la publicidad en la fachada del edificio.
“Es el mayor anhelo que tenemos, nos encantaría renovar la torre en muchos aspectos técnicos y estéticos como el esplendoroso vidrio azul que el paso del tiempo ha ido deslavando”, puntualizó Pedro Fossas.
En febrero de este año, la Torre agregó en su fachada cuatro pantallas de tecnología LED para dar la hora a los visitantes.
En el último piso del inmueble se encuentra el mirador de la ciudad, un restaurante y un gran museo.
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