Por: Fernando Ortiz C.
El 19 de septiembre será una fecha difícil de olvidar para los mexicanos por los fatídicos acontecimientos que se han suscitado, tanto en 1985 como en 2017.
Ambas catástrofes naturales no solo han sacudido a la Ciudad de México, sino que han movido a la sociedad del país para ayudar, apoyar y hacer todo lo posible por contribuir en el rescate de los sobrevivientes.
Esta es la parte que nos envuelve en la esperanza de un país cuyas personas se unen para salir adelante. Las imágenes de la sociedad civil trabajando palmo a palmo con elementos de seguridad y ejercito mexicano hacen ver que no están en conflicto, sino que están unidos en una sola causa: reconstruir al país y apoyar a la nación.
Todo esto se hace notar, se repetía una y otra vez en los medios masivos de comunicación; esto es tan real que parece fantasía. ¿Faltaba algo para capitalizar la mayor parte de la atención? Parece que sí, esto no podía quedarse así solo en cientos de hombres y mujeres colaborando y trabajando durante largas jornadas de trabajo con ahínco para salvar vidas.
Tenía que existir una historia que conmoviera a la población, y si esto además llevaba consigo rating y miles de personas a la expectativa de la información se tendría un negocio redondo.
Ahí surgió la historia que sacudió a México, Frida Sofía, la creación de mentes perversas con el afán de infundir información que tuviera una audiencia cautiva. Horas y horas de trasmisión, con seudo información que comenzó a triangularse para no hacer evidente la farsa que se había gestado, involucrando a miembros de la Marina de México, algunos rescatistas, directivos de la escuela colapsada, padres de familia, y el medio de comunicación que daba la pauta de hacia dónde tendría que dirigirse la noticia; la historia que simulaba un guion de telenovela, de las que tanta bonanza ha obtenido Televisa. Nunca mejor expresada la frase “Televisa te idiotiza”.
Al jefe de la propaganda del III Reich Joseph Goebbels se le atribuye la frase: “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, en el caso de Frida Sofía solo fueron suficientes unas cuantas horas, un show mediático, información confusa e inmiscuir algunos miembros de los cuerpos de rescate, y la gran historia estaba armada, lista para centralizar y captar la atención del desastre en un solo lugar.
Cuando la narrativa era insostenible, la decepción llegó, y se desenmascaró la puesta en escena. Algunos se preguntarán ¿para qué? O tal vez ¿Por qué? Qué afán de jugar con los sentimientos de una nación que poco a poco asimila la tragedia y cuando aparentemente México había dado un paso al frente nos topamos con un reality show orquestado por una de las peores empresas que nuestro país tiene.
No aprendimos nada de 1985 y aquel célebre niño “Monchito” una historia similar, al cabo que, si el sismo de hace unos días coincidió en fecha, porque no utilizar la misma estrategia de hace tres décadas.
Ahora toda la atención está focalizada en este caso, la tragedia ahora simula ser “el rescate de Frida” y ya, dejando a un lado historias de rescate y labores de apoyo en otros puntos de la ciudad e incluso otros estados. Lo más increíble es que después del destape de la mentira y del vaivén de información confusa se confirmó que había una persona con vida pero que no era un niño, era una persona que laboraba en la escuela Enrique Rébsamen como intendente; la noticia fue efímera, ¿a quién puede importarle la vida de una persona de intendencia? Así de drástico fue el cambio en las expectativas de los televidentes.
Todo este espectáculo mediático de Frida no podemos dejarlo en solo una estrategia para captar audiencia, algo debe estar detrás para armar una escena de este tipo, y a la vez no se puede creer la ingenuidad de Televisa en que su mentira, con los cabos sueltos que presentaba podría quedar impune.
El fin justifica los medios, eso hacían ver los comunicadores o paleros de la noticia, la esperanza de México y la unión de la nación por Frida. Entre la confusión de quién había sido el primero en dar la noticia, la solución es confusión y más confusión, así la credibilidad de lo que se ve y se escucha sea tan apabullante que encontrar la información fehaciente hace que las personas empiecen a perder interés por lo que pasa. Estrategia mediática podría ser, especulación también. Hasta hoy por la mañana aún continuaban los alegatos, entre hipótesis de que sí existió Frida, pero murió por los trabajos de rescate hasta historias de complots y cortinas de humo.
Lo que se puede concluir es que algunos de los medios de comunicación que cubren los hechos que narran y presentan, no buscan estar emparejados con la verdad ni comprometidos con ella, vale más un rating y una “historia de telenovela” que informar a una nación que entre el miedo y la incertidumbre es más susceptible a caer en las garras de la histeria.
En conclusión, las diez estrategias de Manipulación que presenta Noam Chomsky volvieron a tener vigencia en México, ante la tragedia y desolación, no faltan los oportunistas que solo buscan protagonismo y destruir la unión que la sociedad mexicana puso en claro que puede llegar a tener en una tragedia como la ocurrida el pasado 19 de septiembre. Tal vez ese es el motivo por el cual se decidió crear a Frida, un divide y vencerás; ahora la sociedad está enfrascada en quién fue el que mintió, en crear historias y teorías de lo ocurrido con Frida, desquebrajando ese gran avance que se había logrado tras el terremoto volviendo al reality show de cada día que se vive en este país.
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