Los adictos podían ir a establecimientos regulados donde un médico les recetaba una dosis
La medida golpeó al negocio del narco, pero Estados Unidos se opuso y sólo duró unos meses
El general Lázaro Cárdenas, presidente entre 1934 y 1940, legalizó las drogas en el último año de su administración, la ley ordenaba crear dispensarios en donde los médicos suministraban dosis a los adictos como parte de un tratamiento para superar su dependencia, lo cual provocó un desplome en el negocio del narcotráfico, pero Estados Unidos se opuso.
Los adictos “en lugar de requerir contrabandistas, o requerir irse con los ‘dealers’, podían ir con un profesional de la salud para que le suministrara las sustancias en el marco de un tratamiento para que superara su adicción”, afirmó el periodista e historiador Froylán Enciso.
Froylán proporcionó detalles sobre su más reciente libro Nuestra historia narcótica: Pasajes para (re) legalizar las drogas en México, en entrevista con Carmen Aristegui.
“Tristemente”, consideró Enciso, esta política sólo duró unos meses porque Estados Unidos se opuso.
“Ellos lo que necesitaban era regular el mercado de drogas, sobre todo la morfina para los frentes de batalla de la segunda guerra mundial. No estuvieron nada de acuerdo con esta política de que los consumidores estuvieran en manos de médicos en lugar de vendedores”, aseveró.
Estados Unidos amenazó al gobierno de Cárdenas con detener el comercio de medicinas y al Presidente “no le quedó otra que desistir de esa política, pero dejaron un antecedente que vale mucho la pena analizar. Yo no creo que sea un fracaso, la evidencia es que los narcotraficantes estaban enojadísimos”, continuó.
El libro trata sobre la relación histórica de los mexicanos con las drogas, según el autor.
Mediante 30 historias, resultado de 17 años de investigación, Enciso plasma la interacción entre los pueblos prehispánicos con drogas como el peyote hasta la prohibición de narcóticos en la Constitución de 1917.
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