Cuatro de cada 10 mexicanos, 42.9%, no pueden alimentar a todos los integrantes de su hogar a partir de los ingresos laborales que se generan en su hogar, sino que para hacerlo tienen que recurrir a otra forma de transferencias como son programas sociales, remesas o ingresos en especie.
Por esa razón, el indicador de pobreza salarial del #SemáforoEconómico se encuentra en rojo, más rojo que nunca desde 2005, señala el Observatorio económico México ¿Cómo Vamos?.
Esto significa que este es el índice más alto de pobreza salarial del que se tiene memoria desde hace una década, de acuerdo con los índices oficiales de CONEVAL utilizados por México ¿Cómo vamos? para calcular dicha cifra.
En 2005, sólo 34.8% de la población se encontraba en esta situación de pobreza por ingresos laborales, mientras que en la actualidad la cifra es 8.1 puntos porcentuales mayor.
La razón por la cual, a pesar de que 43% de la población no puede alimentarse con el ingreso laboral, no encontramos al 43% de la población en situación de hambre es porque la mayor parte de los hogares más pobres complementan su salario con ingresos no monetarios o ingresos que no provienen de su trabajo.
De hecho, en 10% de los hogares más pobres, 4 de cada 10 pesos gastados son transferencias monetarias que nada tienen que ver con sus ingresos provenientes por salarios (remesas, regalos, programas sociales), mientras que, en el 10% más rico, esa cifra es de sólo 1 de cada 10.
Ante este panorama, preocupa la rapidez con la que se está incrementando el porcentaje de personas que no puede alimentarse con su ingreso laboral en Veracruz, el Distrito Federal y Baja California.
Asumiendo que el paso al cual se ha incrementado la pobreza por ingresos laborales continua en todos los estados, en tan sólo tres años Veracruz se convertirá, de acuerdo con esta medida, en el estado más pobre del país superando a las cuatro entidades federativas que actualmente se encuentran en peores niveles: Chiapas (71.4%), Oaxaca (64.5%), Guerrero (61.8%) y Zacatecas (57.5%).
Los incrementos pueden explicarse por dos motivos: una reducción en la población que recibe ingresos laborales (ya sea porque ahora trabajan en actividades que no incluyen remuneración, como sería el trabajo del hogar, o porque se incrementó la población que está desempleada), o una reducción en el número de horas que trabajan (lo que reduce, por definición, el monto del salario total que puede utilizarse para comprar alimentos en el hogar).
Académicos y expertos de México ¿Cómo Vamos? han puesto especial énfasis en notar que mientras no se logren implementar medidas de política pública adecuadas que permitan mejorar la capacidad de consumo de los individuos, el crecimiento económico y la generación de empleo no llegará a los niveles que necesitamos.
Con adecuado crecimiento en productividad y formalización laboral, México está en posibilidad de reducir a la mitad el número de personas que no pueden alimentar a los miembros de su hogar con su ingreso salarial (27% considerando como año base el inicio del sexenio). Sin embargo, mientras dicha meta no se alcance, el #SemáforoEconómico seguirá en rojo.
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