Apoyando a la sierra Wixárika, ubicada al norte de Jalisco
Wixa-Bikla es un proyecto en donde cualquier persona, mediante la AC ARSA, puede donar una bicicleta para jóvenes que tienen que caminar hasta 15 kilómetros para llegar a la escuela
Por Juventino Montelongo
Wixa-Bikla es un proyecto que nació gracias a la iniciativa de tres jóvenes, quienes implementaron un nuevo sistema de movilidad para los estudiantes de la sierra Wixárika, ubicada en el norte de Jalisco, en los límites con Durango, Zacatecas y Nayarit, mismo que se centró en una preparatoria de la zona, Tatei Yurienaka.
Esteban Gutiérrez, Efraín González y Héctor Flores fueron quienes comenzaron a apoyar a los estudiantes y pobladores de esta zona, la cual conocieron gracias a los recorridos que hacían hacia la sierra a bordo de sus bicicletas.
“Esta preparatoria es un proyecto comunitario muy interesante, que nos enamoró mucho. Es una iniciativa de ellos, en donde tratan muchos temas de sustentabilidad”, contó Esteban durante una entrevista con Mientras tanto en México. “Entonces dijimos, por qué hacer donativos aislados, o proyectos aislados, ¿por qué no trabajamos con esta preparatoria, donde ya tenemos un contacto?”.
Del ciclismo a la labor social
“Nosotros somos ciclistas, y en esos viajes que hacíamos para explorar, nos llevábamos bicis de montaña y rodábamos por toda la sierra, disfrutábamos y conocíamos más a fondo a la gente. Así, por el uso de las bicis, muchos niños se acercaban y las usaban”.
Gracias a esto, los mismos pobladores comenzaron a preguntarles por qué no llegaban las bicis allá, ya que los caminos que tienen que recorrer son muy largos.
“Fue así como descubrimos que muchos jóvenes que estudian la preparatoria viven a cinco, 10 o 15 kilómetros en la sierra y se van a pie todos los días. Esto significa dos horas de ida, caminando y otras dos horas de regreso, esto genera que muchos de ellos dejen sus estudios”.
Apoyo no sólo a los jóvenes de preparatoria
Esteban aclara que eso sólo es en el caso de las preparatorias, ya que muchos de los hombres de la comunidad les señalaron que también tenían problemas de movilidad para ir al campo a trabajar, quienes caminan una hora de ida y otra de regreso.
Con las mujeres de la zona es el mismo problema, “en repetidas ocasiones salía el tema, y entonces fuimos descubriendo que en la sierra, en estas zonas indígenas, están necesitados de un medio de transporte que se adecúe a su ecosistema”.
“Ellos están mencionando y están descubriendo esta necesidad que tal vez ni ellos mismos tenían identificada, que una bicicleta les puede solucionar mucho el tema de productividad del día a día, el tema escolar, como aumentar la presencia en la escuela, que no dejen de asistir. Eso fue como el principio del proyecto del por qué donar una bicicleta”.
El “boom” de la bicicleta
En un principio las bicis que llevaban se utilizaron hasta el límite, recuerda Esteban, “nosotros las seleccionamos con proveedores de bicicletas para que fueran especialmente útiles en la sierra, con todo el tipo de refacciones que necesitaban. Lo que vimos es que esto generó un ‘boom’ de la bicicleta en varios sentidos”.
Fue la misma directora de la preparatoria, Claudia, quien seleccionó a los estudiantes que vivían más lejos para que fueran los primeros en ser apoyados, tanto niños como niñas, ya que al principio los primeros decía “¿por qué también las niñas tienen bici?”, lo cual generó cambios incluso en la forma de ver la inclusión de género.
Por eso les decíamos: “ella se la ganó al igual que tú, no porque sea mujer significa que no se la merece”. Otro de los aspectos positivos fue que generó muchos lazos deportivos entre los jóvenes, fortaleciendo el tejido social.
“Y en la preparatoria les fue mucho mejor, todo mundo quería estudiar ahí y los que estaban dentro eran la envidia”, así, otro directores de prepa comenzaron a ser atraídos hacia el proyecto. Incluso algunas personas comenzaron a comprar sus propias bicis, “eso es algo que antes no hacían”.
Lo anterior forma parte de la otra etapa del proyecto, empezar a generar la venta de bicicletas allá, “que los mismos locales vendan bicicletas a los mismos locales y que entre ellos se arreglen solos, pero que se vendan bicis”.
El proyecto y cómo apoyarlo
Wixa-Bikla ha sido tan bien aceptado que ya cuenta con el apoyo de más involucrados, primero ellos como la AC ARSA, a la que se unió Casa Huichol, El telar de Sarape, Visualma, la Sedesol, ImportBike y el cantante Caloncho.
Si deseas apoyarlos, entra a su página de internet, donde además de saber cuáles son los pasos para donar, conocerás las historias de las personas beneficiadas, los rostros detrás del proyecto y la manera en la que te podrás involucrar más con ellos.
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