Un hombre en estado de ebriedad mata a un trabajador de limpieza de la CdMx y sale libre bajo fianza
Las autoridades dijeron a la viuda que el responsable no recibirá un “castigo ejemplar, pero que sí va a haber reparación del daño”
Un empleado del servicio de Limpia de la Ciudad de México falleció el pasado 13 de julio de 2017, luego de que un conductor presuntamente en estado de ebriedad, estampara su auto contra la parte trasera de un camión de limpieza.
Un video captado por ciudadanos en el momento de los hechos, muestra al conductor que responde al nombre de Gianni Giovine Ramos, quien se negó a prestar auxilio al herido, que había quedado prensado entre ambos vehículos.
El hombre únicamente accedió a bajar del auto cuando dos policías preventivos llegaron al lugar, mismos que corroboraron el estado de ebriedad en el que encontraba.
Incluso se puede observar cómo los oficiales deben ayudarlo a mantener el equilibrio, para luego entrar a una patrulla.
El trabajador de limpia, de nombre Martín Marcelo Apolinar, que en ese momento aún se encontraba con vida, sufrió fractura de ambos fémures. El fémur derecho quedó expuesto, dañándose la arteria de esa pierna, lo que causó una hemorragia y choque hipovolémico y sus órganos genitales quedaron severamente lesionados.
Aunque logró ser rescatado por bomberos y paramédicos para ser trasladado a un hospital, el hombre murió minutos después.
De acuerdo con una publicación de Animal político, pese a haber causado la muerte de Apolinar, Giovine Ramos quedó en libertad, debido a que de manera oficial fue declarado “clínicamente no ebrio y no intoxicado”.
Autoridades capitalinas declararon que se trató de un homicidio “culposo”, es decir, no intencional, por lo que el presunto responsable no pisará la cárcel, detalló Alicia, viuda de Martín.
Los policías preventivos que detuvieron al hombre, tardaron 28 minutos en trasladarlo a la Unidad de Investigaciones 3 de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, y cuando lo presentaron ante el Ministerio Público, no incluyeron en su declaración que Gianni Giovine Ramos estaba borracho al momento de su captura.
Otro detalle que tampoco incluyeron fue la negativa del hombre para prestar auxilio a la víctima.
Por su parte, el agente del Ministerio Público que recibió el caso fue el licenciado Manuel Gallegos Guzmán, dejó pasar una hora y treinta minutos desde que lo recibió hasta que a las 9:00 horas, ordenó que el área de medicina legal le realizara un examen del estado psicofísico de Giovine Ramos.
Aunque el conductor detenido sí presentaba “aliento etílico” las médicos responsables, de nombre Elizabeth Lidia Aldama Ticozzi y Georgina García Vázquez, inscribieron en sus conclusiones que Giovine Ramos se encontraba “clínicamente no ebrio y no intoxicado”.
Según el Código Penal de la Ciudad de México, cuando un conductor “en estado de alteración voluntaria” atropella y mata a una persona, esta acción debe ser considerada como un “homicidio calificado”, es decir, intencional.
Fue debido a la tardanza en la realización de los exámenes, que Gianni Giovine Ramos recibió el trato de un conductor sobrio, por lo que su actuar fue catalogado como delito menor y obtuvo la libertad 24 horas después de ser detenido, tras pagar 25 mil pesos de fianza.
El conductor del auto se negó a declarar sobre los hechos ante las autoridades, y sólo exigió la devolución de su auto, un Fiat de modelo reciente.
Algunos medios impresos difundieron la noticia de la muerte de Apolinar, pero omitieron el nombre del conductor involucrado.
“Yo no sé qué hilos movió este señor, pero compró todo…”, lamenta Alicia.
El auto de Gianni Giovine Ramos “lo destrozó prácticamente de la cintura para abajo –señala Alicia, la mamá de sus tres hijas, y con quien estuvo casado durante los últimos 16 años–. Dicen sus compañeros que él gritaba de dolor, y mientras, el tipo que los chocó estaba tranquilo, dentro de su carro, se negó a salir para ayudar”.
Su viuda, relata que Martín era “una persona trabajadora, tanto que murió trabajando… no tenía una plaza, la dirección de Servicios Urbanos del Gobierno de la Ciudad de México lo hacía firmar un contrato eventual cada seis meses, y formaba parte de cuadrillas de limpia, de barrenderos, de pintabanquetas… tenía 36 años y tres hijas”.
El único apoyo que la mujer ha recibido de las autoridades ha sido un cheque para gastos funerarios, además de quedarse con el trabajo de Martín.
“Me dijeron que no va a haber un castigo ejemplar, pero que sí va a haber reparación del daño. Piensan que como somos personas humildes, pueden ‘brillarnos’ su dinero. Pero nosotros siempre hemos vivido sin dinero. No sólo pido reparación del daño, lo que más quiero es justicia” dice Alicia.
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