Cuando regresó a su casa, a donde prometieron llevarlas, encontró a una de sus pequeñas sin vida y se topó con el agresor, quien fue vinculado a proceso pero no ha recibido sentencia
El pasado 25 de julio de 2015, Jennifer acababa de egresar del kínder cuando fue asesinada y violada en Coacalco, Estado de México. El responsable sigue libre.
La niña vivía con su madre y su hermana menor, Johana, en una domicilio ubicado en la colonia Los Acuales, del mencionado municipio. Su madre, Abril Carime, vendía antojitos y trabajaba en un antro de la zona.
En la colonia, Abril Carime conoció a Luis Roberto, apodado“el Wicho”, quien comenzó a cortejarla.
Cierto día, la joven madre y sus hijas acudieron a una fiesta, pero después de un rato la mujer debía retirarse porque tenía que ir a trabajar; por ello, sus familiares le sugirieron dejar a las niñas y prometieron llevarlas a su casa más tarde.
Cuando Abril regresó a su domicilio notó que la sombra de un hombre estaba sobre su hija Jennifer.
“No alcanzaba a ver bien, sólo recuerdo que grité al asustarme, esa sombra era ‘el Wicho’, que al verme salió despavorido del lugar, empecé a hablarle a Jennny, de inmediato busqué a mi otra hija, Johana, quien estaba dormida en su cama, volví hacia donde estaba Jenny, cuando la vista se acostumbró a la oscuridad, vi la sangre, empecé a gritar y tomé a mi hija en brazos”, relató Abril.
Cuando llegaron los vecinos para auxiliarla, al toparse con la escena pensaron que ella había sido la agresora pues se encontraba llena de sangre; sin embargo, después arribaron peritos para llevar a cabo las investigaciones correspondientes y luego de examinar el cuerpo de la pequeña encontraron huellas de violación y una herida provocada por arma blanca.
El presunto agresor fue detenido ese mismo día; en su domicilio, los investigadores encontraron ahí el arma que usó para degollar a la niña y su ropa estaba llena de sangre; fue vinculado a proceso, pero todavía no ha sido sentenciado.
Fuente: Regeneración
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