La empresa trasnacional puso de pretexto una supuesta remodelación para no darles servicio
Buscaban celebrar su matrimonio en un hotel con vista al mar, pagaron un adelanto de 30 mil pesos y medio año después el hotel les canceló
Por Juventino Montelongo
Eduardo y Agni decidieron casarse después de casi siete años de relación. Sin embargo, al ser una pareja homosexual, estaban conscientes de que no todos los lugares tenían apertura a las bodas igualitarias.
Fue así como llegaron al hotel Sheraton Buganvilias Resort & Convention Center, ubicado en Puerto Vallarta, Jalisco. El destino contaba con las instalaciones más adecuadas para celebrar su unión, además de ser el más cercano, ya que ellos viven en Guadalajara.
Después de cumplir con todos los trámites necesarios y depositar 30 mil pesos para apartar la fecha del evento, el 9 de septiembre de 2016, Evelyn, empleada del hotel, les presentó a Rosa, la persona con la cual estarían viendo los detalles logísticos. Con ella comenzaron a ponerse de acuerdo sobre el tipo de comida que servirían en la boda, las flores, el postre y el pastel. La boda se iba a realizar el 7 de octubre próximo.
Pese a la confirmación, cancelan la fiesta
El 3 de marzo pasado, medio año después de que comenzaron con la planeación del evento y de varios viajes a Puerto Vallarta, Geraldine, la planeadora de bodas del lugar, repentinamente recordó que tendrían que “remodelar el hotel” y les avisó que se cancelaba todo.
“Desafortunadamente esta remodelación será a partir de los mes de agosto a diciembre 20 del presente año, donde tendremos deshabilitadas las área para eventos viéndonos en la penosa necesidad de reubicar tanto su boda como otros eventos que por el grado de importancia que son considerados no podemos exponerlos a temas de ruido, polvo y mala imagen de las áreas en construcción”, les dijo en un correo electrónico.
En el mismo mensaje, Geraldine les recomendó cambiar su evento a otro lugar, dándoles tres opciones de las cuales sólo una era realmente viable, el hotel Velas Vallarta, aseguró Alberto en entrevista telefónica con Mientras Tanto.
Raquel, directora de ventas del Sheraton, también trató de persuadirlos para que cambiaran de sede y les dijo que las habitaciones eran muy pequeñas. La pareja no le creyó, pues habían visitado ya las instalaciones y visto sus recámaras.
Buscan apoyo de la Secretaría de Turismo
Debido a estas irregularidades, decidieron exponer su caso en redes sociales y acudir a la Secretaría de Turismo de Puerto Vallarta para exponer su caso. Ahí, con ayuda de empleados, se pusieron en contacto con el hotel como si fuera otro cliente interesado en apartar una fecha para una boda y preguntaron si tenían días disponibles en octubre.
Sus sospechas se confirmaron. El 11 de abril de 2017, en un correo firmado por Geraldine, la encargada del departamento de bodas, les ofrecieron hasta siete fechas diferentes en octubre, mientras que a ellos les habían negado el servicio.
Una semana después de esto se llevó a cabo una reunión a la que asistieron representantes de la Secretaría de Turismo, personal del Sheraton y su gerente, identificado como Fernando, y Agni, por parte de los novios.
En ese encuentro el gerente reiteró que los trabajos de remodelación empezarían desde agosto y terminarían en diciembre, por lo que la boda de los novios no se podía celebrar.
En ese momento Agni le mostró el correo, firmado por Geraldine, que refutaba su versión, ya que ella ofrecía fechas en el lapso en el que supuestamente se realizarían las obras.
El gerente trató de excusarse y dijo que ese correo había sido enviado por una practicante, pese a que la firma era de la empleada.
El hotel busca un acuerdo
El 20 de abril de 2017 el gerente del hotel les dijo que siempre sí podían recibirlos en el Sheraton para celebrar su boda, “olvidándose” de la remodelación.
Sin embargo, tras esta serie de irregularidades y pretextos por parte de la empresa, la pareja les informó que ya no estaban interesados en realizar la fiesta en sus instalaciones.
Para tratar de convencerlos, el hotel les ofreció “beneficios adicionales” a los estipulados en el contrato firmado por Agni y el hotel, en donde les regalarían una botella de vino, un masaje, servicio de niñera, platos de quesos, servicio de transporte del hotel al aeropuerto y tres noches en un hotel de Miami, lo cual, según el Sheraton, tendría un costo de 120 mil pesos.
Este acuerdo no convenció a los novios y le reiteraron a la empresa que ya no harían su boda en ese lugar.
Debido a ello, el pasado 11 de mayo el gerente les informó, vía correo electrónico, que como ellos cancelaron el evento debían pagar el 100 por ciento de los gastos. Esto, a pesar de que la propia empresa fue quien canceló primero.
“Después de algunos rebotes más de correos, por medio del departamento de Turismo se propuso cancelar el contrato sin penalización para alguna de las partes y con el regreso de nuestro anticipo. Aceptamos la cancelación no porque estuviéramos de acuerdo con las condiciones, ni pensáramos que fuera algo justo, pues nos hicieron perder poco más de dos meses de nuestro tiempo y dinero con los tres viajes que tuvimos que realizar a Puerto Vallarta que al final no sirvieron para nada. Aceptamos porque sabíamos que por parte del hotel no había la importancia de resolver y no les importaba que estuviéramos perdiendo tiempo”, dijo Eduardo.
Además, aseguró que a pesar de que en ningún momento el hotel les negó directamente el servicio al tratarse de una boda igualitaria, señaló que fue más que evidente que la negativa se trató de un acto de discriminación.
Por ello, invitó a las personas a no confiar en las políticas de dicho lugar, ya que al disfrazarlas de mentiras y pretextos, en realidad esconden violaciones a los derechos humanos.
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