En una intensa lucha que dejó más de 200 combatientes muertos este domingo, efectivos nigerianos enfrentaron a extremistas islámicos que desde tres frentes atacaron Maiduguri, la ciudad más grande en el noreste de Nigeria.
Al mismo tiempo, los insurgentes prosiguieron sus ataques de tierra arrasada contra aldeas en una zona 200 kilómetros (125 millas) al sur, en el estado de Adamawa, donde degollaron a habitantes, cometieron saqueos, incendiaron casas y secuestraron a decenas de mujeres y niños atrapados, según Vandu Kainu y otros sobrevivientes que escaparon.
Tomado de La Jornada
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