(11 de junio, 2014).- Uno de los argumentos más utilizados para legitimar la Reforma energética afirmaba que la aparición de nuevos competidores en el mercado bajaría los precios de la luz, el gas y la gasolina. La propaganda oficial explotó hasta el cansancio esta idea por medio de una lluvia de spots que, a fuerza de repetición, pretendieron convencernos de las bondades que reportaría para nuestros bolsillos la “modernización” de la industria petrolera.
Ya aprobada la reforma el propio Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, aseguró que en el tema de la gasolina nunca estuvo “contemplada la reducción de precios”, pues ésta ya se encuentra subsidiada por el gobierno. Es más, según sus propias palabras, de 2014 a 2019 “habrá gasolinazos mensuales, hasta que en 2020 se liberen los precios al libre mercado”.
Con este frente perdido, los defensores de la reforma han mantenido el tema del gas y la luz como sus principales trincheras en la batalla argumental, al tiempo que continúan denostando el discurso nacionalista e ideológico de quienes se oponen a la “modernización” de PEMEX.
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