Villa Azueta, Veracruz, 3 de julio (SinEmbargo/Expediente).– Una camioneta blanca con hombres armados embistió al tren de carga de Ferrosur la noche del 13 de junio de este año en Dobladero.Fue el último ataque documentado en la prensa. No el último que ha cobrado la vida de muchos migrantes provenientes de Centroamérica en Veracruz.
Durante varios minutos se percutieron en ese tramo, descubierto para las vías, disparos que no arrojaron víctimas oficiales.La cifra difundida por el gobierno veracruzano a través del Alcalde de José Azueta, Pedro Arriojas Pérez, fue de una persona muerta y dos heridos de origen hondureño: un día después.
Sin embargo centroamericanos varados en la región de la Cuenca del Papaloapan han denunciado que el número de muertos es mayor y el gobierno del estado ha maquillado las cifras: “Son muertos que nadie reclama”, sostuvo Hiram, migrante herido aquella noche y hospitalizado en un centro comunitario del Sotavento.
Hiram fue ayudado, no lo deportaron porque estaba herido y familia que tiene en Estados Unidos le giró dinero a nombre de una amiga mexicana originaria de Arroyo de Caña, en Acayucan. Su historia se repite diario con cientos de migrantes que se ven obligados a pagar cuota de viaje en busca del sueño americano en un tren controlado por bandas del crimen organizado de diversas denominaciones e intereses.
“Bajaron a un par de muchachitas, de los pelos se llevaron a un amigo y lo aventaron”, relata Hiram, sobre quien pesa en su país el control histórico de la delincuencia por las pandillas y que en territorio nacional se han convertido en un brazo armado del narcotráfico en el lucrativo negocio de la droga y el secuestro según fuentes policiales.
El ataque ocurrió en Casas Viejas, un paradero desierto en las faldas de Acayucan y culminó en Paso la Virgen. Durante varios kilómetros un grupo de hombres armados cobraron derecho de piso a cientos de centroamericanos.
Según relatan testigos el tren iba en marcha y después de que los migrantes eran arrojados recibían ráfagas de balas por hombres encapuchados que en el tramo donde termina Dobladero bajaron con mujeres y niños secuestrados.
“Muchos de los que veníamos no traíamos dinero, varios se bajan en Acayucan, otros en Tuxtepec para poder pedir dinero para el pago de cuota, yo no lo supe hasta después”. Hiram se dispone a seguir su camino a Estados Unidos, es su primer intento, tiene una hermana en Carolina del Norte que no ve hace 15 años. Se volverá a subir a la Bestia en la estación de Tierra Blanca.
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