SAN BERNARDINO CHALCHIHUAPAN, Pue. (apro).- La rabia y la indignación del pueblo de Chalchihuapan brotaron a gritos durante el sepelio de José Luis Tehuatlie Tamayo, niño víctima de la llamada “Ley Bala”.
“Moreno Valle asesino”, “Muera Moreno Valle”, “Queremos su cabeza”, “Justicia, justicia”, reclamaron quienes acompañaron a los familiares del menor.
La ceremonia fúnebre reunió aquí a comunidades, organizaciones y legisladores que señalaron al gobernador poblano, Rafael Moreno Valle, como represor, autoritario, controlador, persecutor, mentiroso y asesino.
Apenas acabó la misa de cuerpo presente en la plaza principal del pueblo, los lugareños sacaron cartulinas en las que responsabilizan al mandatario estatal por la muerte del niño, así como por los heridos y los presos políticos.
Algunos de los textos decían lo siguiente: “Moreno Valle Asesino! Mataste un niño con tus balas de goma”, “Chalchihuapan está de luto gracias a un bruto depredador empedernido”, “Un gober ciego no puede gobernar y tú eres lo que le sigue”, “José Luis está en el cielo, Moreno Valle en el infierno”, “Gobernador Asesino, enfermo de poder, renuncia”, “Libera a los presos políticos, son inocentes”.
La lista de oradores parecía interminable. Todos querían hablar. Representantes de los pobladores de Chalchihuapan, autoridades de los pueblos que llegaron desde la Sierra Norte y Sur, líderes populares y de organizaciones. Todos manifestaron su solidaridad con Elia Tamayo, madre de José Luis, para que el crimen no quede impune.
Entre los asistentes estuvo una comisión de legisladores formada por el senador Luis Sánchez Jiménez y las diputadas federales Alliet Bautista, Joaquina Navarrete y Roxana Luna.
Una alumna del primer año de la secundaria “Ricardo Flores Magón”, donde estudiaba José Luis, tomó la palabra para afirmar que su amigo había perdido la vida a causa de la “Ley Bala” que decretó Moreno Valle.
La madre del presidente de la Junta Auxiliar de Chalchihuapan, quien tuvo que huir del pueblo para evitar su detención, relató entre gritos y lágrimas las injusticias que han vivido los habitantes de esa comunidad desde el día del desalojo.
“Tienen 60 acusaciones contra mi hijo, sólo porque él si hizo lo que debería hacer Moreno Valle, que es escuchar y apoyar a su pueblo”, exclamó.
Luego de acompañar a Elia Tamayo los días que su hijo agonizaba en el hospital, la mujer dijo ser testigo del maltrato, humillaciones, amenazas y presión que soportó la familia del niño por parte del gobierno morenovallista.
Presidentes de las Juntas Auxiliares dijeron que la muerte del niño los unirá y mantendrá fuertes para continuar en la lucha por defender la identidad de sus pueblos. Sin embargo, denunciaron que reciben amenazas y presiones por parte del gobierno estatal.
Reconocieron a Elia Tamayo como símbolo de esta lucha, pues a pesar de amenazas, presiones, intentos de sobornos y chantajes por parte de funcionarios estatales, ella se ha mantenido firme en señalar a los policías como responsables del crimen.
“Todos somos Chalchihuapan”
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