Ciudad de México, 21 de noviembre (SinEmbargo).– Periodistas, activistas y organizaciones civiles reportaron agresiones por parte de encapuchados y policías durante la manifestación registrada el día de ayer en la Ciudad de México en el marco de la jornada global de protestas por la desaparición de los 43 normalistas.
En entrevista para SinEmbargo, Alma Ugarte, integrante de un contingente de mujeres feministas en contra de la violencia, aseguró que tres cuadras antes de llegar a la plancha del Zócalo, se les avisó que ya había detenciones y golpes, por lo que decidieron no ingresar, pero una de sus compañeras no escuchó la decisión y se adelantó. Al ir tras ella, escucharon la explosión de un cohetón y la gente comenzó a correr. “Tratamos de calmar a la gente, pero en retirada. Había muchos niños y gente de la tercera edad. Vimos una luz de bengala que salió de entre la gente y comenzaron a correr más. Entre los gritos que se escuchaban, uno decía ‘ahora sí, ahí vienen dando chingadazos’.
La gente seguía corriendo y se cayeron muchos en las jardineras”. A la altura de 5 de mayo y Madero, según su relato, los manifestantes fueron encapsulados por granaderos de la SSPDF y comenzaron a aventarlos en contra de las cortinas de los negocios cerrados. “Eramos mucha gente; había niños y les gritábamos ‘ya déjenos, hay niños, ya nos vamos’, pero de pronto con escudos y macanas comenzaron a golpearnos. Entre todos nos cubrimos y gritábamos ‘¡todos juntos!’ para ir avanzando”, sin embargo comenzaron a lanzar gas lacrimógeno y gas pimienta.
Nos empezamos a agachar y a cubrir con lo que tuviéramos”. El grito constante de los ciudadanos fue: “¡Hay niños, hay niños!”, pero, según Ugarte continuaron agrediéndolos e insultándolos: “A ver si vuelven a venir, pendejos”. En las inmediaciones del Palacio Nacional, la policía, protegida con cascos y escudos, respondió con golpes, extintores y gases lacrimógenos a los jóvenes que los atacaban con bombas molotov y botellas. Los manifestantes quemaron un muñeco gigante que emulaba al Presidente Enrique Peña Nieto y realizaron pintadas en edificios, pero todo parecía indicar que el día iba a concluir en calma. Sin embargo, sobre las 21:10 horas, después de que la mayoría de manifestantes se retirará del Zócalo, decenas de encapuchados se enfrentaron a golpes con la policía. Protegidos con escudos, los agentes antidisturbios trataron de evitar el avance de los manifestantes hacia el Palacio Nacional y luego cargaron y lanzaron gases lacrimógenos contra decenas de radicales que lanzaron objetos e intentaron golpearlos con palos. Durante más de media hora se sucedieron los disturbios.
Varios de los encapuchados usaron aerosoles y encendedores con los que lanzaron llamaradas contra los agentes y quemaron algunas telas de ropa. En respuesta, las fuerzas antidisturbios usaron extintores y finalmente se abalanzaron con sus escudos y porras contra la multitud, a la que hicieron recular hasta los extremos de la plaza hasta expulsarlos de ese espacio, sin que por ahora las autoridades hayan dado cifras de lesionados y detenidos. Juan Martín Pérez García, Director Ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) asegura que fue agredido por los policías. El activista indicó que su familia, incluido su hijo a quien llevaba en brazos, recibió agresiones físicas por parte de los elementos policiacos. En entrevista para Noticias MVS señaló que al final de la manifestación trató de resguardarse de la Policía Federal los estaba agrediendo: “La Policía Federal nos agredió. Los periodistas nos ayudaron a resguardarnos”.
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