(23 de julio, 2014).- Operaciones encubiertas caracterizadas por sus abusos, han sido ejecutadas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), contra ciudadanos musulmanes, que de acuerdo con la organización internacional Human Rights Watch (HRW), están basadas en motivos religiosos y étnicos.
Con base en un informe publicado por el Instituto de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia, titulado “Justicia Manipulada: violaciones de los derechos humanos en el procesamiento de casos de terrorismo en EE.UU.”, se supo que en múltiples casos de los más de 500 donde se involucra presunto terrorismo, se han “alienado” a los grupos relacionados con esta prácticas.
El documento de 214 páginas, analiza 27 casos de corte federal desde el inicio del proceso judicial, donde registran el alto costo humano de ciertas prácticas que buscan prevenir el terrorismo en suelo estadunidense, tal es el caso de operativos encubiertos, con agresiones excesivas y una innecesaria restricción en las detenciones.
Al respecto, Andrea Prasow, subdirectora en Washington de HRW, y coautora del informe, señala que el gobierno norteamericano “dice que mantiene a sus ciudadanos a salvo mediante la prevención y la persecución del terrorismo dentro del país”.
Basado en 215 entrevistas a ciudadanos involucrados en casos de este tipo, o con sentencias por terrorismo, así como a personas cercanas, el texto refiere que el FBI pudo haber viciado las investigaciones para convertir en terroristas a aquellos que se mantenían al margen de la ley.
Diversos estudios relacionados, indican que en el 50 por ciento de las condenas ejecutadas desde el 11 de septiembre de 2001, las acusaciones estaban basadas en informantes, y en el 30 por ciento de las operaciones encubiertas, el informante resultó fundamental para la resolución del caso.
De acuerdo con HRW, el FBI comúnmente aplicó sus pesquisas sobre personas socialmente venerables como discapacitados intelectuales y mentales, e indigentes, mientras que el gobierno basado en los dichos de los informantes, desarrollaba la historia criminal e incluso ejercía presión a los objetivos para participar, dándoles recursos.
“Si a esto le añadimos unas autoridades aprovechadas de los vulnerables, acabamos con una receta perfecta para que se cometan abusos desenfrenados de derechos humanos”, sentenció
Prasow.
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