(29 de septiembre, 2014).- Para los militares, el inicio de una averiguación en contra de los 25 elementos que participaron en la masacre de Tlatlaya es una injusticia realizada por los altos mandos castrenses “sólo para quedar bien”.
“No es justo que castiguen al soldado por matar criminales”, se lee en una petición realizada a través del sitio Change. org.
Hasta el momento, 262 personas han firmado en favor de que los miembros del Batallón 102 de Infantería sean liberados, pues las víctimas “eran criminales”.
Un informe realizado en 1999 por Human Right Watch (HRW) advirtió que en México se cometían violaciones a los derechos humanos bajo el argumento de que se trataba de sospechosos, por lo que la organización hizo un llamado al gobierno mexicano para que considerara inaceptables esas violaciones bajo cualquier circunstancia.
Sin embargo, en los círculos castrenses prevalece la idea de que los derechos humanos no incluyen a los delincuentes. En diversos grupos de Facebook, asociados a militares retirados o familias de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), pueden leerse críticas al General Salvador Cienfuegos Zepeda, por “usar a los militares como carne de cañón”.
Debajo de una fotografía de la presentación de los militares sospechosos ante la Justicia Militar, el administrador de la página Odio a los Narcos Hijos de Su P#$%&& Madre comenta: “a ver si entendí, si voy y mato a unos secuestrados que andaban asesinando, extorsionando, descuartizando y masacrando civiles, soy malo, pero si ellos hacen todo lo anterior se les debe tratar con respeto.”
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