(17 de septiembre, 2014).- El pasado domingo 14 de septiembre fueron encontrados cuatro kilos de cocaína y 150 gramos de cannabis en un automóvil diplomático del Vaticano, donde vive el Vicario de Cristo, el Papa Francisco.
En un punto de control en la carretera de Chambéry, al este de Francia, los agentes hicieron el alto del vehículo con placas de la Santa Sede, en el chequeo de rutina su sorpresa fue encontrar estupefacientes y droga sintética.
En el lugar fueron detenidos dos sujetos de nacionalidad italiana, de 30 y 41 años de edad, quienes aseguraron que sólo eran choferes y que desconocían la procedencia de la droga.
El vehículo es propiedad del cardenal argentino Jorge María Mejía, bibliotecario emérito del Vaticano y cuyo estado de salud es delicado a sus 91 años de edad.
Los hombres detenidos quedaron a disposición de la autoridad francesa, luego de que el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, declaró que ninguno de los supuestos choferes, trabaja en el Vaticano.
Lombardi avizoró una teoría que genera más dudas que respuestas, pues de acuerdo con él, Mejía envió a reparar su auto, y ahí estos dos traficantes, al ver las placas diplomáticas, decidieron subirse al vehículo y tratar de pasar los cruces, pensando en que no los revisarían.
Pero esta no es la primera vez que la cocaína se relaciona con el Vaticano, pues apenas el pasado 23 de marzo la aduana alemana confiscó un paquete de esta droga que iba a la oficina postal de la Santa Sede.
En aquella ocasión se encontraron 14 condones, donde se habían ocultado 340 gramos en el interior de los preservativos.
El contrabando venía en un cargamento de almohadones procedentes de Sudamérica y fue detectada en el aeropuerto de Leipzing, Alemania.
De acuerdo con las investigaciones realizadas en aquel momento, a pesar de la colaboración de la policía del Vaticano, no se logró dar con la persona a la que le fue dirigido el paquete con la droga.
La sospecha de que al menos uno de las 932 personas que habitan la Ciudad del Vaticano consume cocaína se vuelve a hacer presente con el aseguramiento de este pasado fin de semana.
En 2013 otro escándalo surgió en la Santa Sede, cuando fue arrestado el sacerdote Franco Decaminada, por malversación de 4 millones de euros al dirigir una clínica de dermatología en Roma.
No ha pasado más de un año del primer periodo de Francisco al frente de la Iglesia y el mundo expectante aún se pregunta si esta imagen es ¿estrategia o renovación?
Para algunos, el Banco del Vaticano es usado como fachada para lavar dinero que podría provenir de un mercado como el del narcotráfico, esto a raíz de que el monseñor Nunzio Scarano fue procesado por contrabandear con 20 millones de euros, luego de que presuntamente usó sus cuentas en el banco para lavar el dinero.
Al Papa Francisco por ahora sólo le queda rezar para esperar que estos rumores se acallen.
Fuente: Michoacán 3.0
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