(19 de septiembre, 2014).- Más de 700 migrantes perdieron la vida, producto de tres naufragios clandestinos en el mar Mediterráneo en Europa. De acuerdo a los pocos sobrevivientes, cómo fueron los traficantes de personas quienes embistieron intencionalmente la embarcación luego de los pasajeros se negaron a trasladarse a otro en peores condiciones, situación que fue calificada por la investigadora de Human Rights Watch (HRW), Judith Sunderland como un acto “particularmente atroz” pero ya conocido.
A la espera de que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la policía de Italia –quienes recogieron los testimonios de los sobrevivientes e investigan el caso- traduzcan sus esfuerzos en acciones legales, Sunderland afirmó que únicamente se podrán más vidas en riesgo si las autoridades se limitan a reaccionar aplicando la ley y reforzando el control fronterizo.
Para la investigadora de principal de HRW para Europa Occidental, son diversos los factores que propician la migración marítima –misma que no puede considerarse sólo como los actos criminales de los traficantes— entre los que se encuentran el temor a la persecución gubernamental en países como Eritrea; los bombardeos en Siria y Gaza; el descontrol social y la sequía vivida en Somalia, o la pobreza que azota a Sudán del Sur.
Por otra parte, si bien el actuar “sin escrúpulos” de los traficantes, es junto a la descomposición social y los problemas económicos, factores difíciles de manejar humanamente, Sunderland expone dos vías en la que la Unión Europea (UE) –máxima responsable en este caso- podría reducir el riesgo de que ocurra una nueva tragedia en el Mediterráneo.
Una de ellas, es que la UE construya vías legales y seguras para todos aquellos refugiados políticos o solicitantes de asilo, para que así, en lugar de arriesgarse a perder la vida en aguas internacionales, cuenten con una alternativa de protección en el viejo continente.
Por el contrario, la UE se ha empecinado en diseñar políticas que buscan el control total de las fronteras para evitar la llegada de migrantes asiáticos y africanos, en lugar de asegurar protección para los que la requieran. Por ejemplo, el pasado julio, la Comisaría Europea de Interior instó a sus estados afiliados contemplar las visas humanitarias o aceptar las solicitudes de asilos de los migrantes.
Otro de los puntos sugeridos por Sunderland, quien enfoca sus estudios en las fronteras de Europa con Asia Central, es que la UE no escatime cuando se trate de rescates marítimos, como bien se puede mostrar en la operación a cargo de la marina italiana Mare Nostrum, que desde octubre pasado a la fecha ha salvado de la muerte a miles de migrantes al llevarlos seguros a costas de Italia.
Si bien esta última acción ha desatado las críticas por supuestamente promover la migración marítima, es preciso saber que la mayoría de los migrantes huían de sus países por abusos a los derechos humanos por ejemplo en Eritrea, o la guerra civil en Siria.
A pesar de lo antes expuesto, cabe la posibilidad de que Mare Nostrum sea sustituida pronto por el programa “Frontex Plus”, que estaría a cargo de la agencia fronteriza de la UE, y únicamente traería más muertes por naufragio, la cuales ya casi suman 3 mil en lo que va del año.
Fuente: Revolución 3.0
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