Ni siquiera el fuerte aguacero que inundó este jueves la capital de Sierra Leona los detuvo
En los últimos días miles de personas acudieron en masa a las tiendas de comestibles y mercados de fruta y verdura de Freetown para hacer acopio de víveres.
Había que hacerlo antes de que entrara en vigor el toque de queda de tres días decretado por el presidente Ernest Bai Koroma con el objetivo de frenar la propagación del ébola.
Durante ese período, voluntarios y trabajadores de la salud irán casa por casa, entregando información y buscando enfermos.
El mandatario, que ya había declarado el 4 de agosto “día de quedarse en casa”, anunció el inicio la cuarentena por radio y televisión.
Los seis millones de habitantes de Sierra Leona no podrán salir de casa a partir de la medianoche de este viernes, dijo.
Y explicó: “Vivimos tiempos extraordinarios y tiempos así requieren medidas extraordinarias”.
Estanterías vacías
Koroma se refería a la enfermedad que en tres países de África occidental, Guinea, Liberia y Sierra Leona, se ha cobrado ya 2.630 vidas (550 en Sierra Leona) y que han adquirido 5.357 personas, según el último balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del 14 de septiembre.
Para cuando el presidente compareció ante los medios, los ciudadanos ya habían vaciado estanterías.
“Estoy aquí para adquirir comida y bebida que nos dure a la familia todo el fin de semana”, contaba Christian Thomas a la BBC.
“También compré decenas de litros de gasolina para mi generador, por si se va la luz, como suele ser el caso”, añadió, en en Calaba Town, un suburbio en el este de la ciudad más grande del país.
Mientras, en la parte oeste una empleada de supermercado explicaba que había tenido que reponer los productos cinco veces en dos días, clara señal de la celeridad con la que aquellos que podían permitírselo estaban comprando.
Aislar y detectar
“El principal objetivo de la campaña es invertir la tendencia de propagación del ébola en tres meses”, declararon las autoridades, que temen que el virus afecte hasta al 20% de la población.
Para ello, han movilizado a 30.000 personas, que repartidas en grupos de cuatro visitarán 1,5 millones de hogares a partir de la medianoche de este viernes.
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“Llueva o haga sol, el confinamiento seguirá adelante”, dijo Steven Gaojia, director del centro de operaciones de emergencia del gobierno.
Los equipos distribuirán jabón y documentos sobre el ébola en cada vivienda e instalarán en cada barrio comités de vigilancia.
No entrarán en las casas y alertarán a los servicios especializados si descubren enfermos o muertos, precisó el gobierno.
Además ha previsto camas adicionales en todo el país, en particular en Freetown, ya que en la capital el virus ha llegado ya a 13 de los 14 distritos.
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