En materia de salarios mínimos, la brecha entre lo que ordena la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la realidad es de 14 mil 532 pesos.
El hallazgo es fruto de la investigación del Observatorio de Salarios, de la Universidad Iberoamericana Puebla. En su Informe 2014, el equipo dirigido por Miguel Reyes Hernández, doctor en Economía, asigna un valor monetario al conjunto de bienes para los que, de acuerdo con el Artículo 123 de la Carta Magna, debe alcanzar un salario mínimo: las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y la provisión de la educación obligatoria de los hijos.
El costo de estos satisfactores para la familia mexicana promedio (tres adultos y un niño), asciende a 16 mil 445 pesos, pero el salario mínimo de la clase trabajadora mexicana es de apenas 1 mil 913 pesos mensuales.
El cálculo de los especialistas parte de una metodología propia basada en el diseño de tres canastas de consumo: la canasta de alimentos (CA), la canasta básica alimentaria (CBA) y la canasta básica no alimentaria (CBNA). Éstas resultan en el salario mínimo constitucional, que busca establecer un umbral mínimo de bienestar: el suficiente para acceder a un nivel de vida digno y humano.
El más innovador de estos instrumentos es la CBA. Incluye, además de los alimentos para el consumo familiar, los artículos indispensables para su preparación, consumo y conservación. “Hasta ahora, las canastas alimentarias construidas en México y América Latina y el Caribe sólo han considerado el valor de los alimentos crudos y sin elaboración”, acotan los investigadores Humberto Morales, Jeffrey Bortz, Cecilia Salgado, José Bretón, Miguel Calderón y Marcos Águila.
La CA, por su parte, contempla el conjunto de alimentos que cumplen con la ingesta calórica recomendada para el consumo de cada uno de los integrantes de la familia y que proporcionan un balance acorde con los requisitos de una dieta correcta, además de sal y agua. En tanto, la CBNA, alude a los satisfactores de carácter material, social, cultural y educativo.
De acuerdo con el cálculo de quienes integran el Observatorio de Salarios, para 2014 el costo mensual de la CBA para el consumo de la familia mexicana promedio es de 6 mil 563.14 pesos. A esto se adhiere el valor monetario de la CBNA, que es igual a 9 mil 881.62 pesos. El total, 16 mil 444.62 pesos, equivale al salario que un jefe de familia debería percibir para satisfacer el conjunto de necesidades contempladas en la Constitución. Éste, a su vez, contrasta con el salario mínimo vigente que es de apenas 1 mil 913.10 pesos.
Como puede observarse, el salario mínimo no alcanza siquiera para proveer el 30 por ciento de los alimentos a las familias en México. En contraste, el sueldo de Basilio González Núñez, presidente de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), que asciende a 173 mil 436 pesos mensuales, es 10.54 veces mayor que el salario mínimo constitucional.
Ya desde 1994, el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales de la Organización de las Naciones Unidas lamentó que la Conasami no ajustara el alza del salario mínimo, ya que en aquel momento había que ganar alrededor de cinco veces este salario para adquirir la canasta básica constitucional.
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