En promedio un mexicano consume 163 litros al año
Expertos han alertado sobre el consumo de bebidas azucaradas en exceso
Datos de la Universidad de Yale, de 2019, revelaron que México ocupa el primer lugar en consumo de refrescos en todo el mundo.
Esto, debido a que en promedio un mexicano consume 163 litros de esta bebida al año, aproximadamente 40 por ciento más que Estados Unidos, país que ocupa segundo lugar en este listado.
Varios expertos y organizaciones, entre ellas la Organización Mundial de la Salud (OMS), han alertado sobre el consumo de bebidas azucaradas, mismas que se asocian con diversos padecimientos, envejecimiento prematuro, e incluso trastornos psicológicos y de adicción.
Por ello, aquí te dejamos algunas razones por las que sería bueno reducir su consumo.
1. Enfermedades como la obesidad, diabetes tipo 2, cáncer, artritis reumatoide y cardiovasculares están directamente vinculadas con la ingesta en exceso de estas bebidas.
Por ejemplo, en el caso de la diabetes tipo 2, quienes consumen dos refrescos al día, tienen 2,4 veces más riesgo de desarrollar esta enfermedad, ya que disminuye hasta un 17% la sensibilidad a la insulina, según un estudio de la Clinical & Translational Endocrinology, difundido en 2016.
2. El consumo de refrescos se relaciona con el denominado síndrome metabólico, en el que se presenta una cintura ancha, un alto nivel de triglicéridos en sangre, niveles bajos de colesterol HDL, revelaron investigadores Universidad de Stellenbosch, en Sudáfrica.
3. Los expertos de esta institución también afirmaron que el consumo de solo un refresco al día aumenta el riesgo de hipertensión.
4. También se han advertido cambios adversos en las concentraciones de lipoproteínas, así como una mayor incidencia de dislipidemias en relación con los triglicéridos, según un estudio que se publicó en el Journal of the American Heart Association.
Cabe señalar que dislipidemia, a su vez es un factor de riesgo que puede aumentar el padecimiento de enfermedades cardiovasculares, adviertieron los investigadores.
5. Se demostró que ingerir en exceso estas bebidas también aumenta el riesgo de padecer trastornos graves en los riñones, así lo alertaron científicos estadounidenses en 2018.
6. En menores de edad, el beber estos productos puede producir efectos psicológicos, entre los que se encuentran: la baja autoestima, depresión y aislamiento social, destacó la OMS.
En este sentido, esta organización enfatizó que padecer obesidad infantil también aumenta el riesgo de obesidad en la edad adulta, y con ello, diversas enfermedades no transmisibles, muerte prematura y discapacidad.
7. El alto consumo de estas bebidas puede derivar en una menor productividad laboral, mayores gastos de la población para costear tratamientos, así como la pérdida de la calidad de vida.
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