MADRID (apro).- El presidente Enrique Peña Nieto fue recibido este día por el rey Juan Carlos I de Borbón con todo el protocolo de una visita de Estado, la última en la que el monarca funge como anfitrión tras anunciar su abdicación el pasado lunes 2.
Pero con lo que no contaba el mandatario mexicano fue con la recepción que le dieron manifestantes pertenecientes a distintos grupos de apoyo a las bases zapatistas y a las víctimas de la represión de Atenco. Le gritaron “asesino”, lo responsabilizaron de ordenar la represión de mayo de 2006, le exigieron que ponga fin al acoso en las zonas zapatistas y le dieron la “malvenida”, no la bienvenida.
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