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(28 de junio, 2014).- La OCDE confirmó la tendencia de que los jóvenes y niños desplazan a la tercera edad en riesgo de sufrir pobreza. Desde informes anteriores al 2011 (presentados en Mayo pasado) ya comenzaba a notarse el alarmante desplazamiento del umbral de pobreza hacia los jóvenes.
El patrón observado había sido siempre el de los ancianos como el grupo con mayor riesgo de enfrentarse a la escasez de un salario suficiente para sustento. Esto se debía a que salían de la Población Económicamente Activa (PEA) y quedaban bajo el resguardo del Estado si se habían desempeñado bajo algún trabajo formal que contemplara un plan de retiro.
Financiado por el erario público logrado por recaudación fiscal, eran los trabajadores más jóvenes así como todos los consumidores, quienes financiaban las pensiones. En principio este formato parecía funcionar, sin embargo, desde los años 80’s el poder adquisitivo del peso ha venido disminuyendo haciendo cada vez más complicado el sustento de cada familia y por lo tanto el pago de los bienes y servicios.
A la ya de por sí difícil condición de la población de tercera edad, ahora se suman los jóvenes y niños, lo cual resulta extremadamente grave. Por un lado, un país en con una población infantil en estado de pobreza, refiere la incapacidad de cumplimiento del Estado para garantizar lo estipulado por el Artículo 1° constitucional (Derechos Fundamentales). Por el otro, una población joven que presenta riesgo de pobreza implica baja productividad a nivel nacional y por lo tanto disminución en la generación de riqueza. Si de este sector, a manera de flujo desfasado, dependía la recaudación para pensiones del sector de tercera edad, el hecho de agregarse o desplazar al sector con mayor riesgo de sufrir pobreza es una alarma en el sistema económico porque acarreará un sinfín de problemas.
Fuente: Revolución 3.0
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