(21 de agosto, 2014).- En lo que respecta a la Reforma Energética, el proceso legislativo “no ha terminado, está pendiente el planteamiento de la consulta popular”. Tanto el Partido de la Revolución Democrática (PRD), como el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) tienen hasta antes del 15 de septiembre para presentar la solicitud de este derecho constitucional. De aprobarse este recurso, los recientes cambios que sufrió la Constitución deberán someterse al sufragio de la ciudadanía mexicana.
El Doctor en Educación y Políticas Públicas, Alberto Montoya Martín del Campo, explica que esta Reforma –promulgada el 20 de diciembre de 2013, y puesta en vigor mediante sus leyes reglamentarias el pasado lunes–, “contraviene uno de los elementos fundacionales de la Constitución del 1917 […] (es) contraria al interés nacional y vulnera el desarrollo de los mexicanos”.
En charla, el especialista y académico de la Universidad Iberoamericana, Alberto Montoya, desembrolló los intereses de fondo que tienen los defensores de esta legislación, la cual, entre otras cosas, cambia el concepto de propiedad originaria de la nación a cargo del Estado para permitir la intervención de intereses privados y extranjeros.
“La contrarreforma constitucional […] permite que los inversionistas, bancos y empresas privadas y extranjeras tengan acceso a la propiedad al valor intrínseco del petróleo, así como a su explotación económica y agregación del valor industrial, mediante su refinación”.
Durante el diálogo Alberto Montoya contextualizó la escena social que vive el país y aludió a documentos del Senado estadounidense donde se ratifica el interés de este país por los hidrocarburos nacionales. Además, analizó el papel que han tenido las megapetroleras que probablemente incursionarán en nuestro territorio y recordó datos históricos que ilustra el balance de los últimos acuerdos político económicos entre México y Estados Unidos, como el TLC o el Acuerdo Transfronterizo.
Desde su perspectiva, las reservas probadas del petróleo mexicano son necesarias para nuestro vecino del norte. Para Montoya, nuestro país no requiere aumentar su producción de crudo, por el contrario, necesita invertir y crear una industria petroquímica propia. Estados Unidos, en cambio, se encuentra ávido del petoleo nacional y, por ello,ha presionado para que se lleve a cabo esta reforma.
Se trata, sentencia, Alberto Montoya, de “un gran despojo del territorio”, en donde la frontera norte de nuestro país está destinada ha recorrerse hacia el sur”. Asimismo, la reforma traerá consigo la pérdida de la soberanía en pos de mantener vigente a una potencia económica mundial.
“Cuando México no disponga de suficientes recursos energéticos ni siquiera para su propio consumo interno, entonces EE.UU. promueva la anexión de todo el norte de México, Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua, posiblemente Durango, Sonora y la Baja California porque todo ese territorio con las políticas que hoy se están decidiendo van a estar dependiendo del suministro de energía de los Estados Unidos”.
Como varios analistas han venido señalando, estas medidas obedecen a un modelo de economía y desarrollo nacional que no ha funcionado en México en los últimos 30 años.. Sin embargo, la clase política del país ha difundido la idea de que la acumulación de capital de unos cuantos inversionistas extranjeros, salpicará de riqueza a los millones de connacionales que viven en condición de pobreza.
“En suma es una regresión histórica que nos sitúa previo al Porfiriato, es un proyecto inviable, es un proyecto que lesiona grave y profundamente el proyecto de desarrollo de los mexicanos”, aclaró Montoya.
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