(16 de agosto de 2014).- Edward Said nació en 1935 en Palestina, cerca de Jerusalén; toda su infancia transcurrió en Egipto, Palestina y Líbano. Completó sus estudios en Estados Unidos, donde se doctoró en 1962, comenzó una carrera docente e investigadora que desarrolló fundamentalmente en la universidad de Columbia, en Nueva York, como profesor de Literatura Comparada. Fue el más famoso crítico literario que empeñó su vida a que se reconociera a los palestinos el derecho a que se escuchara su propia historia.
Said es mejor conocido por describir y criticar el Orientalismo que para él consistía en una constelación de falsos prejuicios en el fondo de las actitudes occidentales con respecto al oriente. El autor tiene una postura en la que lo más importante es la libertad a través de la cultura, la conciencia y la resistencia.
“Él proponía la creación de un Estado binacional en los territorios de la antigua Palestina, preceptos casi imposibles de entender al ver la situación que se vive en aquella región. Su denuncia de la opresión del pueblo Palestino, de la dureza de sus condiciones de vida, de la flagrante desigualdad en la región entre esta situación y la del estado de Israel han sido constantes desde un primer momento”, menciona una artículo.
Sin embargo, también ha sido una figura en ocasiones incómoda por sus críticas a la burocracia de las autoridades palestinas, a la corrupción y la opacidad del liderazgo de Arafat o por su rechazo de los acuerdos de Oslo de 1993.
Debido a su activismo pro-palestino, fue acusado por sectores proisraelíes de línea dura, de antisemita y hasta de terrorista. En 2002, Said fue cofundador, junto con Haidar Abdel Shafi, Ibrahim Dakak, y Mustafa Barghouti, del partido y movimiento social Palestinian National Initiative,un intento de crear una tercera fuerza política palestina que pudiera ser una alternativa democrática y reformista a Fatah y Hamás.
Para Edward Said el pueblo palestino es huérfano. “Esto debido a la falta de interés que las autoridades palestinas demuestran por su pueblo; cada palestino está solo en su miseria, sin nadie que le proporcione ayuda o tan siquiera una palabra reconfortante. Pareciera como si el porvenir estuviera ya establecido, sin que esto signifique la desaparición de Palestina ya sea en una idea o la propia realidad”.
Fuente: Revolución 3.0
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