Sucedió el domingo en la madrugada. El Juez Armando Wong dictó auto de formal prisión contra el Doctor José Manuel Mireles Valverde por los delitos de portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército y por la posesión de drogas, es específico marihuana y cocaina.
Apenas el pasado jueves 26 de junio, fue detenido después de ingresar a La Mira con el objetivo de limpiar la zona de Templarios la zona. La figura de Mireles se había vuelto una piedra en el zapato para el Gobierno Federal quien había intentado posicionar en los medios de comunicación la idea de que se estaba recobrando el Estado de Derecho.
El comisionado para la Seguridad y Desarrollo de Michoacán, Alfredo Castillo, también denominado ‘virrey’ por la forma en que Enrique Peña Nieto le asignó el ‘cuidado’ de Michoacán, fue el encargado de informar sobre lo ocurrido.
Cabe recordar que la llegada a Michoacán de este personaje había sucitado una amplia polémica pues, en el fondo, sustituía el orden político dispuesto por la Constitución imponiendo el mando del poder Federal sobre el estatral.
Lo sucedido con posterioridad en el Estado confirmó las sospechas. Poco a poco la injerencia del Ejecutivo fue desplazando al ex gobernador del Estado Fausto Vallejo hasta que éste dimitió aludiendo a sus problemas de salud.
En este contexto la figura de Mireles representaba cada vez con mayor claridad el único obstáculo del Ejecutivo para imponer su fuerza en el Estado. Máxime cuando éste no reculó ante la disposición de dejar las armas pues, a su modo de ver, el crimen organizado no había sido controlado por el Estado.
Para algunos especialistas, los hechos ocurrido en los últimos días evidencian la naturaleza autoritaria del PRI, un partido dispuesto a cualquier cosa para tener un control absoluto sobre el país y anular a toda costa las voces críticas.
Seguir leyendo aquí: Revolución 3.0
Sé parte de la conversación