(24 de octubre, 2014).- La prensa aún es y seguirá siendo blanco de ataques perpetrados por el crimen organizado y los diferentes niveles gubernamentales. De enero a septiembre de 2014 se han documentado 222 agresiones contra la prensa en México, de acuerdo con el último informe emitido por la organización Artículo 19.
Sin embargo, debe sumarse uno más, pues esta tarde se halló el cadáver del periodista mexicano, Antonio Gamboa, en el municipio de Ahome, Sinaloa. El cuerpo estaba atado y presentaba huellas de tortura.
“Asesinar a un periodista es una agresión que afecta a la democracia, porque priva a la sociedad de una fuente de información y provoca un efecto inhibidor en el trabajo de la prensa. México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en el mundo, con uno de los índices de homicidios de periodistas más altos”, indica.
Y agrega: “Desde 2000, 81 comunicadores han sido asesinados en posible relación con su labor informativa, y desde hace ocho años, 17 más permanecen desaparecidos. Cabe resaltar que todos estos casos permanecen en la impunidad”.
Y es que de esos 222, el informe desglosa que 94 casos fueron ataques físicos; 40 de intimidación; 37 amenazas; 23 detenciones arbitrarias; tres asesinatos de comunicadores y el ataque a las instalaciones de un medio de comunicación donde falleció el hijo de un periodista; de esta cifra se concluyó que en el 42% de las agresiones fue responsable un funcionario público; mientras que el 17% por un particular y 27% se desconoce el atacante.
“Las historias recogidas por este informe exponen un panorama adverso para la prensa en México, sobre todo aquella que cuestiona el trabajo de las autoridades. Con los asesinatos de los periodistas Nolberto Herrera y Octavio Rojas Hernández, y del hijo del periodista Indalecio Benítez; y las agresiones sistemáticas de los gobiernos de Quintana Roo y Puebla contra la prensa local, es evidente que el Estado mexicano ha fallado en su responsabilidad de brindar justicia y procurar la no repetición de las agresiones”, establece.
Finaliza: “El panorama de violencia contra la prensa exhibe la pobre democracia en nuestro país”.
Fuente: Revolución 3.0
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