(19 de octubre, 2014).- En medio de la crisis mundial causada por el ébola, en Brasil se produjo un caso que no sólo evidenció lo peligroso de dicha enfermedad, sino que dejó al descubierto otra pandemia que no puede curarse: la xenofobia.
El caos se suscitó en Brasil con un ciudadano africano de Guinea, país que cuenta con una larga historia esclavista que no han podido superar, al igual que en el país amazónico, situación que fue tildada por la periodista y documentalista brasileña Eliane Brum, como “la peste” que no está fuer, sino “dentro de nosotros”.
Estos elementos ocasionaron que el sospechoso de portar el virus del ébola, sufriera violaciones a sus derechos humanos más básico. Sin muestras de ética, su nombre, rostro y el documento donde solicitaba refugio fueron develados. “No fue tratado como un hombre, sino como una rata que trae la peste a esa Orán llamada Brasil”, afirmó Brum.
La situación del ciudadano africano es de suma gravedad, pues luego de llegar a un país lejano a pedir refugio, su pena no terminaba. Además de las imposibilidades que le representaba el idioma, “era desterrado también del cuerpo”. Su condición, como argumenta la columnista del diario El País, únicamente será comprendida si se le mira como un hombre, y no como una “rata que carga un virus”, como en realidad fue tratado.
“Parece que nada se aprendió del SIDA, en aquel momento infinito en el que los gays fueron elegidos como culpables, el prejuicio disfrazado de necesaria medida sanitaria”, se cuestiona la también escritora. Y es que tras darse a conocer el caso, no faltaron las voces –principalmente ciudadanos— que pedían el cierre de fronteras, y dejar a “las ratas del lado de fuera”, donde aseguraban pertenecen.
Este disgusto social, obviamente se trasladó a las viscerales redes sociales. Facebook, que fue el sitio donde se difundió la sospecha del infectado, evidenció que se asocia el ébola a los “negros”. “El ébola es cosa de negros”; “Que alguien me diga por qué esos negros de África tiene que venir a Brasil con esa desgracia de bacteria (sic) del ébola”; “Gracias al ébola, ahora prendo fuego a cualquier negro que pasa por delante”, fueron algunos de los testimonios recogidos por Brum en Twitter.
Tal pareciera que al ciudadano africano la negativa historia de su continente lo condenó, aunque todo esté basado en prejuicios. Este sentir fue manifestado claramente por un inmigrante de Burkina Faso a la prensa brasilera: “los brasileños no saben que Burkina Faso está lejos de los países que tienen ébola. Creen que todo es lo mismo porque somos negros”.
Al igual que él, cientos de africanos migrantes han sufrido acoso o han sido expulsados de sitios considerados públicos en la ciudad de Cascavel en Paraná, donde se informó el primer caso de sospecha. Todos ellos son señalados como “los tipos ébola”, o de forma más denigrante “los negros que trajeron el virus a Brasil”.
Fuente: Revolución 3.o
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