(23 de agosto, 2014).- Crueles y ejemplares personajes cuyos nombres serán recordados por siglos. Fechas y lugares donde ocurrieron actos ejemplares o deleznables actos. Muerte, injusticia. De triunfos y algarabía, de atropellos y derrotas, de dictaduras o revoluciones… está hecha la historia.
Sí pero esa historia involucra a millones de hombres y mujeres quienes actuaron, y aun cuando no lo hicieran estos hechos transformaron sus vidas y, por supuesto, el cariz de sus pueblos o ciudades. Algunos apenas darán cuenta, en cambio, para algunas, la consecuencia de los atropellos y la imposición de un régimen las marcó de por vida.
Cada día en busca de sus desaparecidos, todos los días en la incertidumbre por encontrar a sus nietas y nietos, es la historia de las Abuelas de Plaza de Mayo. “El 24 de marzo de 1976 las Fuerzas Armadas usurparon el gobierno constitucional en la República Argentina por medio de un golpe de Estado. Desde ese momento, el régimen militar, que se autodenominó ‘Proceso de Reorganización Nacional’, llevó adelante una política de terror”, hecho que forma parte de la historia de esta organización de mujeres.
Más de 30 mil personas de todas las edades fueron sometidas, reprimidas, torturadas, niñas y niños pequeños fueron separados de sus padres, cientos de mujeres embarazadas fueron detenidas y recluidas en centros clandestinos de detención donde parieron y cuyos hijos e hijas fueron arrebatados al momento de su nacimiento.
“Los niños robados como ‘botín de guerra’ fueron inscriptos como hijos propios por los miembros de las fuerzas de represión, dejados en cualquier lugar, vendidos o abandonados en institutos como seres sin nombre N.N. De esa manera los hicieron desaparecer al anular su identidad, privándolos de vivir con su legítima familia, de todos sus derechos y de su libertad”, cuenta la historia de las Abuelas .
En 1977 tan sólo un año después, las mujeres empezaron a reclamar a sus personas desaparecidas. El 15 de mayo de ese año, María Eugenia Casinelli (quien fuera consuegra del poeta Juan Gelman), junto con otras once abuelas, firmaron un “habeas corpus”, para evitar las detenciones y arrestos arbitrarios. En ese entonces ningún juez lo declaraba, dada la dictadura militar.
En un inicio las 12 abuelas fueron amedrentadas, 12 personas relacionadas con ellas fueron desaparecidas entre ellas una de las fundadoras, Azucena Villaflor, quienes fueron brutalmente torturadas y asesinadas.
La búsqueda no se detuvo, la historia y las historias de cada una de las madres y abuelas con hijos y nietas desaparecidas son el testimonio de la crueldad y de la tiranía que pueden encarnar los gobiernos cegados por el poder, de los gobernantes que se erigen como los únicos encargados de llevar las riendas de millones de personas, mediante el uso de la fuerza policial y militar.
A principios de este mes, Estela de Carlotto, titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, encontró a su nieto, 36 años después, la historia dio la vuelta al mundo, y el encuentro fue registrado por la prensa internacional.
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