El caso de los cinco desaparecidos en Tierra Blanca cumple dos meses. En este tiempo, los padres de los jóvenes han dormido en el suelo del ministerio público, viviendo entre ratas de drenaje, a la espera de respuestas de los muchachos secuestrados.
En el campamento sólo los han visitado 31 familias con la misma problemática de una desaparición. Un lugar ignorado por los políticos.
Hasta ahora, han sido detenido ocho ex elementos de Seguridad Pública del Estado, quienes fueron consignados a ocho penales distintos en Veracruz. Por su parte, la Policía Federal capturó el 24 de enero a Francisco Navarrete Serna y a otras dos personas, identificados por el Gobierno federal como integrantes del cártel Jalisco Nueva Generación.
Mientras, Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, dijo el pasado 1 de marzo que según las declaraciones de uno de los agentes detenidos, los cinco muchachos fueron asesinados, quemados, triturados por una máquina de caña y arrojados al Río Blanco.
Pese a esta declaración los padres siguen pidiendo: “Ayúdenos a encontrarlos”.
Del Gobernador Javier Duarte ni sus luces. Sólo permanece en el celular de Bernardo Benítez el registro de una llamada con lada 228. El máximo mandatario en Veracruz les dijo hace poco más de mes y medio: “Los entiendo, yo también soy padre”.
Pero las respuestas siguen sin llegar.
Fuente: SinEmbargo
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