San Bernardino Chalchihuapan, Puebla 19 de octubre (SinEmbargo).– “Esto ya valió madre”, dijo uno de los policías ministeriales del estado de Puebla en la casa de Javier Montes Bautista, presidente auxiliar San Bernardino Chalchihuapan, cuando entraron a su casa y no lo hallaron. Era su principal objetivo. Sin embargo, no lo pudieron detener.
Se desconoce cuántos elementos uniformados arribaron en 13 camionetas, como a las 4:00 de la mañana, a la misma Junta Auxiliar en la que desalojaron una manifestación pacífica tres meses antes y dispararon con diversos artefactos y un menor perdió la vida. Pero en esta ocasión, detuvieron a cinco personas.
Araceli Bautista, madre de Javier, dijo que cuando arribaron a su casa,”obviamente estábamos durmiendo. Escuchamos un golpe muy fuerte. Me levanto y ya estaba llena la casa de hombres, calculo como 20 personas, en la cochera, en el local, arriba de la casa, en la recámara, llegaron corriendo. Yo les preguntaba ‘¿Qué pasa?, ¿qué quieren?’. Uno se me acercó y me dijo ‘cállate y no te muevas’, encañonándonos. ‘Ni te pares, ni te muevas’, me dijeron”.
Una persona que la acompañaba quería hablar por teléfono, sin embargo, fue amenazada. “Deja eso”, y también fue encañonada.
“Cheli”, como es conocida en la comunidad, dijo que los ministeriales corrían, azotaban todo, “hicieron lo que quisieron, pero muy, muy rápido. Fue todo muy rápido”.
“Rompieron la puerta, de un golpe la abrieron y se metieron. No les importó nada. Vieron que no estaba el presidente y uno de ellos dijo, ‘esto ya valió madre’, Gracias a Dios, en ese momento no estaba”.
Fueron siete casas las que catearon, sólo hallaron a cinco personas.
Fausto Montes García, un albañil de 31 años, estaba despierto cuando arribaron a su casa, su esposa, Petra, también estaba despierta. Se dedican a trenzar hilo cáñamo. Desde las 3:00 am estaban despiertos, trabajando. A las 4:00 “escuchamos un carro, rápido que se subió [al terreno], pero rápido y nomas parece que dio vuelta y se volvió a regresar y ya fue cuando vimos que se vino encima del entelado, el carro”.
Petra asegura que su esposo al asomarse por la ventana cercioró que era los hechos eran en su patio. “Es aquí, es aquí, son rateros, son rateros, pero ¿qué hacemos?”, dijo Fausto.
Atrancó la puerta con una carretilla, encima pusieron dos costales de maíz que tenían sin embargo, comenzaron a golpearla con un mazo.
“Le dije ‘vente’. Nos metimos corriendo al cuarto, yo llevaba a mi nena cargando y ya nos metimos, atravesamos el ropero para que detuviera la puerta”.
Atravesaron la puerta y les dijeron: “¡aquí están los hijos de su puta madre!, ¡aquí están!”. Los unformados comenzaron a golpear la puerta de un cuarto, vieron que no había nadie. Comenzaron a golpear la otra puerta hasta que se cayó. Fausto y Petra detenían el ropero hasta que cayó encima de los dos.
“Vieron a mi esposo, lo jalaron y él les dijo: ‘pero qué les hago, si no les hago nada, estamos con mi familia, ¿qué les hacemos?’. A ellos no les importó. Yo ya no pude salir porque me quedé atrapada en el ropero”.
Petra cuenta que a Fausto lo jalaron. “Otro me apuntaba con la pistola, me estaban apuntando y me dijo ‘cállate pendeja’ y me apuntaban cuando vi que lo sacaron y se lo llevaron arrastrando, dejó hasta un tenis ahí”.
Para seguir leyendo, aquí: Sinembargo.mx
Sé parte de la conversación