Todos los especialistas coinciden en que, a pesar de que las sopas instantáneas pueden saciar fácilmente el hambre, en realidad no están haciendo mucho aporte a nuestra salud, pues contienen una serie de condimentos y conservadores que dañan nuestro cuerpo.
Entre las sustancias más peligrosas se encuentran las siguientes:
- El glutamato monosódico, que funciona como un potenciador de sabor y es al que se le atribuye el llamado “síndrome de restaurante chino“, que trae síntomas como dolores de cabeza, náuseas, fatiga e irritación de ojos.
- Aunque el cuerpo sí necesita sodio, estas comidas lo traen en exceso. Todas estas porciones incluyen, por lo menos, el 50% del que necesitas a diario en su composición, facilitando que consumas más del necesario.
- Las grasas saturadas se asocian a la obesidad, la ateroesclerosis y a enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. También debemos considerar que el 30% de las calorías vienen entre estas grasas.
- Entre los ingredientes más controversiales de estas sopas, se encuentran dos químicos bastante nocivos. Uno es el TBHQ, que es un subproducto del butano (usado en la industria petrolera) y que funciona como antioxidante para preservar la comida en el tiempo, su consumo excesivo se asocia a náuseas, vómitos y zumbido en los oídos.
- El otro químico no viene exactamente en la comida, sino en su envase. Es el bisfenol A. Una especie de cera que recubre el empaque que podría actuar como interruptor hormonal y hasta aumentar las posibilidades de cáncer en mujeres.
Un estudio realizado en 2013 por el Laboratorio de Profeco, llamado “¿Qué tan buena es tu sopa?“, reveló que estas comidas pueden saciar el apetito gracias a su alto contenido de agua, que no significa un real aporte nutritivo. Además, su exceso de carbohidratos ayuda a hacerte sentir satisfecho.
Fuente: soykey
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