Entre 2000 y 2013, Argentina, Brasil y Uruguay llevaron al alza la cifra del salario mínimo para sus trabajadores, entre un 100 y 200 por ciento, mientras que en México se mantuvo estancado.
El resultado fue que, mientras los mexicanos perdieron poder adquisitivo durante dicho periodo, los países mencionados crecieron de manera considerable en el ámbito laboral.
El aumento del salario mínimo para los argentinos, generó que la tasa de empleo subiera en un 20 por ciento, y que se formalizará en un 60 por ciento, acorde con los datos de la Cepal.
En el caso de Brasil, el empleo total creció también un 20 por ciento, con un incremento de 40 por ciento de trabajos formales.
“No sólo se elevó el salario, sino que hubo programas complementarios fiscales que permitían a las empresas ciertas garantías y exenciones fiscales, donde por cada creación de empleo y aumento de salarios se daban compensaciones del Estado”, indicó Miguel Reyes, director del Observatorio del Salario Justo.
Por su parte, México ha sido ubicado como el país más débil de América Latina en cuanto al área laboral y de informalidad, pues la tasa de desempleo de la Población Económicamente Activa (PEA) recientemente llegó a 5.47 por ciento, de acuerdo a información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Asimismo, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social informó el mes pasado que actualmente hay 28.6 millones de mexicanos que laboran en la informalidad, y que hasta en algunas dependencias gubernamentales prevalecen esquemas de contratación que no abarcan ningún tipo de protección social para los empleados.
Fuente: Michoacán 3.0
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