La Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó anomalías en la revisión de los bienes adquiridos por la Secretaría de Marina en 2014, a través de proveedores que están relacionados con ex servidores públicos de la Armada.
En dicho año, la Marina solicitó al Congreso recursos para adquirir diez pantallas destinadas a sus clubes navales, pero en realidad, la dependencia compró 86 pantallas con sobreprecio (en promedio cada una por 24 mil pesos), mediante adjudicaciones directas, sin estudios de mercado y dos meses antes de que incluso se formalizaran los pedidos.
Para hacer parecer legítimas las operaciones, se simularon procesos de invitación a otras empresas que, o no existen, o cuyas firmas fueron falsificadas para hacer parecer que hubo competencia de por medio.
En 2014, la Marina destinó en total más de 10 millones de pesos solamente para la adquisición de aparatos electrónicos, electrodomésticos y línea blanca (pantallas, vajillas regaderas, etc) destinados fundamentalmente a sus clubes navales y unidades administrativas.
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