Elegir el crédito que mejor se adecue a tus necesidades no es tan complicado, la clave está en hacerse las preguntas adecuadas.
La mejor tarjeta de crédito para ti, no es la mejor para tu amigo. Todos tenemos distintas necesidades y no utilizamos la tarjeta de la misma manera.
Todas sirven para lo mismo pero no son iguales. Cada una tiene características que la hace “diferente” y adecuada para un determinado perfil de usuario.
Así, elegir una tarjeta de crédito, como cualquier bien o servicio, requiere de la evaluación de varios factores para tener la certeza de que vamos a contratar aquella que cubre mejor nuestras necesidades. El mercado ofrece una gama de más de 130 alternativas, considerando tarjetas bancarias y comerciales.
De entre los siguientes filtros de selección, identifica cuál o cuáles son los más importantes para ti y analiza a detalle los aspectos que te resulten relevantes:
1) Patrón de pago
En México, poco más del 40% de los usuarios de tarjeta de crédito son totaleros, esto significa que cada mes pagan el 100% de las compras que realizan con su plástico (la utilizan como medio de pago).
2) Tus hábitos de consumo
Define el uso que le vas a dar a la tarjeta. Si eres de los que casi no utiliza el plástico, por ejemplo, sólo lo haces cuando se te presenta alguna emergencia o para aprovechar alguna promoción a meses sin intereses o con descuento especial, elige uno que cobre una anualidad baja o que no la aplique, sin poner ninguna condición para gozar de este beneficio. El objetivo es tener una tarjeta de crédito para uso eventual que genere el menor costo financiero posible.
Verifica si existen o no otros costos y comisiones, por ejemplo, si el banco aplica una comisión por no usar la tarjeta con frecuencia.
3) Tu ingreso
Es importante para identificar el tipo de producto que podemos tener (tarjeta clásica, oro o platino), como para delimitar la línea de crédito que podemos manejar de acuerdo a nuestras finanzas, lo que incluye evaluar, además del ingreso, otras deudas y compromisos financieros ya existentes.
4) Tu estilo de vida
Es importante identificar en qué gastas más y con qué frecuencia. Eso te ayudará a tener promociones y descuentos.
Además de los programas de lealtad y recompensas que ofrecen las instituciones financieras, existen productos destinados a un grupo de interés definido: universidades, equipos de futbol, mujeres, etcétera; que son productos de afinidad con alguna marca o institución.
5) Tu historial crediticio
Si tienes un historial crediticio positivo (cero retrasos y nunca has dejado de pagar), seguramente no tendrás problemas al solicitar otra tarjeta o cualquier otro crédito que necesites: un crédito automotriz o hipotecario. En todo caso, la restricción podría explicarse por otros conceptos, principalmente por tus ingresos y situación financiera actual (nivel de endeudamiento con otras entidades).
Si tienes un historial de pagos negativo e incluso caíste en el default, la única manera de obtener una tarjeta de crédito es adquiriendo una tarjeta garantizada o asegurada, como quieras llamarla.
6) ¿Cuánto cuesta?
El Costo Anual Total (CAT), es un indicador que engloba la tasa de interés, la anualidad y las comisiones que cobra a sus clientes un emisor por la tarjeta. Es un número expresado en porcentaje, en términos anuales, que sirve para comparar todas las tarjetas del mercado, siempre y cuando tengan las mismas bases de cálculo (tasa de interés, monto de deuda, plazo, moneda, etcétera).
Procura no basar tu selección atendiendo únicamente a este indicador pues no incluye todas las comisiones y costos en los que puedes incurrir de acuerdo a tu estilo de pago o de consumo, por mencionar algunos.
Fuente: Condusef
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