El tipo de cambio no resulta una variable que influya en los estimados de crecimiento de manera inmediata; sin embargo, sí desencadena una serie de factores que pueden ser nocivos.
Para empezar, se registra un aumento de precios. De acuerdo con cálculos de Barclays, un aumento de 10% en el tipo de cambio se traduce en apenas 0.2% en la tasa de inflación anual; sin embargo, al tratarse de una depreciación a escala global, existe un impacto general en las mercancías que dependen directamente del extranjero.
Aunque existe una ventaja para los mexicanos exportadores cuando hay un tipo de cambio elevado; sin embargo, al tener un aumento constante, los exportadores ven también un aumento en el costo de sus insumos para producción.
Las compañías mexicanas que contaban con financiamientos en dólares se verán perjudicadas si los plazos de cumplimiento están dentro del periodo en que la tendencia del dólar se mantiene al alza.
Por otro lado, los dólares les rinden más a los turistas, cierto, pero los precios de paquetes turísticos, los hoteles y los vuelos tienen tarifas en dólares que fueron determinadas con anticipación y que no se ajustaron con la depreciación.
El efecto positivo podría llegar si los mexicanos, en vez de tomar vacaciones en el extranjero optan por destinos nacionales que no implican una conversión de divisas
México tiene a su favor que no es el único país que atraviesa por una depreciación y tampoco es el que más pierde. El reto será lograr un peso más fuerte, lo que requiere de una mayor fortaleza económica..
Fuente: Forbes
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