El Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), podría ocasionar un problema potencialmente catastrófico: las inundaciones que afectarían a millones de habitantes del área metropolitana de la capital del país y del Estado de México.
Estudios hidrológicos y geológicos realizados por técnicos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), advierten que los terrenos del vaso del ex Lago de Texcoco no son aptos para ninguna construcción.
La zona lacustre tiene una función regulatoria de inmensos volúmenes de agua de lluvia y drenajes que ha impedido inundaciones de grandes proporciones en el área metropolitana, pero también es estratégica para evitar que siga el hundimiento del suelo.
Ante esto, el exdirector de la Comisión Nacional del Agua José Luis Luege Tamargo, indica que la única explicación para que continúen las obras, especula, es que el NAICM “responde a intereses de carácter económico de unos cuantos” para proyectos inmobiliarios y desarrollo de servicios, algo que viene desde los gobiernos estatales de Peña Nieto y su antecesor, Arturo Montiel.
“El nuevo aeropuerto es el gran negocio de esta Presidencia. Hay funcionarios que dicen que si Carlos Salinas se enriqueció, si Miguel Alemán se enriqueció, por qué ellos no. Sí es un botín –delata–, y tenemos que frenarlo a como dé lugar.”
Para él, se trata de un proyecto “inviable, incompatible, muy costoso y de un altísimo riesgo para la ciudad”.
Fuente: Proceso
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