Romayne Wheleer es compositor, músico, pintor, poeta, filósofo y un hombre altruista que decidió dejar atrás su vida en las grandes capitales del mundo para adoptar la vida de los rarámuris de Chihuahua, con quienes vive desde hace 30 años.
Nació en Estados Unidos, creció en Austria y ahora vive en Retosachi, donde lo conocen como el “gringo californiano” que busca ofrecer desinteresadamente una mejor vida a quienes apenas tienen para comer.
“Siento que aquí mis raíces si se han hundido, aquí soy parte de la naturaleza, mi vida tiene una razón (…) Por lo que Dios me dé de vida quiero compartir y traer momentos eternos con mi música, quiero dar mensajes de aliento, un antídoto para la sociedad con tantas influencias negativas, y que mejor lugar para preparar eso que aquí”, asegura.
Cada año viaja por el mundo ofreciendo conciertos y lo recabado se invierte en obras de beneficio a través de la asociación civil que lleva su nombre, la cual construyó una clínica en Retosachi.
De igual forma construyó y equipó la escuela, donde en las próximas semanas terminarán el dormitorio para que los pequeños de comunidades más lejanas puedan quedarse. Romayne gestionó los recursos, los hombres del pueblo se encargan del trabajo de albañilería y se les paga con víveres para sus familias.
Así como en la cultura rarámuri, Wheleer no regala nada, por eso en el banco de alimentos que instaló en la comunidad se les “compran” artesanías a los indígenas y a cambio se les proporciona comida. Lo recabado va a un fondo para seguir financiando el programa.
Fuente: El Universal
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