En 1995, los australianos Eduard Neetz y Casey Dean compraron una hamburguesa McDonald’s para uno de sus amigos, pero él no se la comió, por eso decidieron guardarla… durante 20 años.
Movidos por LA curiosidad, la colocaron en una caja y esperaron a que el 2015 llegara.
Ambos crecieron y envejecieron, pero no se puede decir lo mismo del alimento.
Al abrir la caja, encontraron que la hamburguesa estaba exactamente igual al día en que fue comprada. Además no sólo se veía, sino que olía como si acabara de salir de la cocina.
Ahora estos hombres se llaman a sí mismos los “dueños de la hamburguesa más vieja del mundo”.
La historia es increíble también porque ni siquiera la pusieron en el refrigerador y la hamburguesa se conservó sola.
Fuente: Genial Gurú
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