En los lustros recientes, entre los años del zedillato y los actuales, nuestros paisanos enviaron a sus familias en México 1.8 billones de dólares. La cifra merece ser expresada de este modo: un millón de millones 800 mil millones de dólares. La ‘‘fábrica de pobres’’ ha generado más divisas que Pemex, el turismo y cualquier otro sector. Gracias al apoyo económico a sus familias se ha mantenido a flote el país y ha sobrevivido a las crisis del mismo zedillato, la de Calderón y la actual. Hay nubes que anuncian tormenta. El gobierno de Obama está deportando migrantes al por mayor. ¿Está enterada la canciller Claudia Ruiz Massieu?
Obviamente. ¿Hasta qué punto llegaría para defender a nuestros paisanos? Primero necesitaríamos conocer si realmente el gobierno tendría interés en protestar, porque a veces da la impresión de que quisiera pasar desapercibido, ya que cuando lo recuerdan en el extranjero le va mal.
Los secretos
El fin de semana la noticia de la alcaldesa de Temixco asesinada el primer día de su gestión recorrió el mundo. Y ayer fue duro el editorial de The New York Times. El rotativo sostiene que el gobierno actual será recordado por su falta de transparencia y sus expedientes secretos. ‘‘En el tiempo de Peña Nieto, el gobierno mexicano ha encubierto veloz y sistemáticamente horribles verdades y ha minimizado escándalos’’, dice el diario neoyorquino. Menciona casos sobresalientes: el escándalo de la Casa Blanca, la fuga del Chapo Guzmán y la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. El mayor de los escándalos es el ‘‘tramposo’’ intento del gobierno para investigar la desaparición de los 43 normalistas, en septiembre de 2014, que ‘‘al parecer fueron masacrados en Guerrero’’. Sugiere el editorial que deberían dar acceso a equipos internacionales para que se hagan cargo de (la investigación) una de las peores atrocidades de derechos humanos en nuestro país. ‘‘Eso puede hacer muy poco para salvar la reputación de Peña Nieto, pero es lo menos que puede hacer por las víctimas’’.
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