(11 de noviembre, 2014).- Los 18 detenidos la noche del pasado sábado fueron puestos en libertad, luego de no encontrar pruebas que los involucrara con los hechos ocurridos en la puerta de Palacio Nacional, cuando producto de bombas molotov lanzadas contra la entrada al recinto, ésta permaneciera por algunos minutos en llamas. Entre los detenidos estaba Ángel Yáñez, de 11 años, y muchos de los aprehendidos aseguran que las detenciones que realizaron policías capitalinos fueron de forma arbitraria. Las detenciones masivas y arbitrarias –según se ha documentado– en el marco de manifestaciones sociales son ya la constante.
El 1 de diciembre de 2012, Enrique Peña Nieto tomaba posesión como presidente de México en la Cámara de Diputados en San Lázaro. Afuera, vallas de tres metros de alto, colocadas con algunos días de anticipación, y centenares de policías reguardaban el recinto. Hubo intercambio de proyectiles entre policía y un grupo de manifestantes. Atrás de la valla de metal y de la valla policial se encontraban “jóvenes” cubiertos del rostro, protegidos y guiados por granaderos.
Horas después, ese mismo primero de diciembre el intercambio de proyectiles llegó a la zona del Palacio de Bellas Artes. Hubo algunos establecimientos con cristales rotos y algunas pintas. Una vez que se recobró cierta calma, policías vestidos de civil comenzaron a detener a personas que pasaban por el lugar, como se pudo documentar con abogados y familiares.
Fueron detenidas 69 personas (58 hombres y 11 mujeres); aquí algunos ejemplos de las detenciones:
Juan Carlos Orozco Ascencio estudiaba en la Vocacional 10 del Instituto Politécnico Nacional (IPN). El 1 de diciembre fue al Teatro Fru Fru, ubicado en la calle de Donceles, en el Centro Histórico; cuando salía lo agarraron. Fue subido a una patrulla por gente vestida de civil y lo cambiaron tres veces de patrulla. Juan Carlos tenía 19 años en ese momento.
Otro caso fue el de Judith Gómez Contreras, joven cineasta de 27 años, 1.50 metros de estatura y 38 kilos de peso. En ese momento trabajaba en el cine Tonalá. Es egresada de la Escuela Centro de Diseño Cine y Televisión. Judith se encontraba documentando la marcha cuando fue acorralada y arrestada junto con un grupo de 25 personas en la calle de Filomeno Mata, esquina 5 de Mayo, mientras grababa las protestas.
La misma suerte corrió Ioan Milcea Topoleano, fotógrafo rumano, quien se mantenía en México vendiendo fotografías para la revista Vice. Ioan tomaba fotos de la protesta cuando fue detenido. No tuvo un traductor autorizado (casi no hablaba español), fue obligado a tener un abogado de oficio. El fotógrafo fue golpeado, le quitaron su cámara de 3 mil dólares y fue deportado.
Otros detenidos fueron Rodrigo Andrés Nieto, de 18 años, Juan Carlos Jiménez, de 36, quienes caminaban en el Centro Histórico. Originarios de Tabasco, y sin conocer bien las rutas del Centro, fueron detenidos en Filomeno Mata y 5 de Mayo.
Víctor Gilberto Corona Berruecos tenía 49 años cuando fue detenido. Había ido a recoger unos lentes que encargó en una óptica, y “le dijeron que esperara unos minutos, pues aún no estaban listos”. Gilberto decidió recorrer algunas calles para perder unos minutos. Pronto fue encapsulado, subido a una camioneta, golpeado y fracturado de un brazo.
Marcha del Halconazo, 2013
El 10 de junio de 1971, cientos de estudiantes fueron atacados a tiros por paramilitares en la calzada México-Tacuba para evitar que se movilizaran en demanda de la liberación de presos políticos, la derogación de la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Nuevo León y para exigir la desaparición de los grupos porriles en escuelas de educación media y superior, entre otras cosas. Fue la primera gran movilización estudiantil luego de la matanza del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco.
Ese grupo paramilitar fue conocido como “Los halcones”. Estaban formados por ex militares –dados de baja, expulsados o desertores–, personas relacionadas con pandillas y ex porros. La cabeza de los halcones era el coronel Manuel Díaz Escobar Figueroa, quien desde 1966 encabezó al grupo.
El 10 de junio de 2013, a 42 años del “Halconazo” fueron detenidas 27 personas. Dos días después, el 12 de junio, se realizó una rueda de prensa en el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, donde abogados y familiares de las y los detenidos afirmaron que “más del 90 por ciento de las detenciones fueron arbitrarias”.
La Liga de abogados que se formó el 1 de diciembre de 2012 por los hechos antes mencionados, argumentaron que “luego del mitin y mientras los contingentes se retiraban pacíficamente del Zócalo, comenzaron las detenciones arbitrarias (…) que se caracterizaron por la violencia, en violación flagrante a los derechos humanos, pues varios de los arrestados sufrieron lesiones graves”.
Días después de las detenciones, madres de los manifestantes detenidos demandaron la renuncia del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, a quien acusaron de instrumentar una política represiva y de criminalización contra la juventud y los movimientos sociales.
Los detenidos fueron golpeados por policías capitalinos, y se les prohibió la entrega de analgésicos y medicamentos a quienes sufrían enfermedades como asma.
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