Desde que los estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa emprendieron movilizaciones de protesta, por el asesinato de tres compañeros y el secuestro y desaparición forzada de otros 43, a manos de la Policía Municipal de Iguala –el 26 de septiembre pasado–, el gobierno estatal de Guerrero suspendió completamente el abasto de víveres para alimentar a los alumnos de este internado del sector público, así como el pago de las becas que, mensualmente, deben entregar las autoridades a los 520 jóvenes que se forman en este plantel para convertirse en maestros de primarias rurales.
“A partir de que comienza el movimiento, el 26 de septiembre, el gobierno nos dejó de mandar el poco apoyo que nos daba –explica un representante del comité estudiantil, asignado a la Cartera de Raciones, cuya identidad se mantiene bajo reserva, por seguridad–. Desde el primer momento (de las movilizaciones) nos cortaron las raciones de comida, y esto es lo que hace el gobierno para debilitarnos.”
Cada semana, detalla el representante estudiantil, el gobierno estatal está obligado a entregar financiamiento para que la Normal adquiera, directamente con proveedores, los alimentos que sus alumnos consumen, y que son complementados con los vegetales y granos que los mismos estudiantes cultivan. Sin embargo, advierte el normalista que coordina las labores de preparación de alimentos, en el actual periodo de movilizaciones “el financiamiento quedó totalmente suspendido (…) y esto es algo que suelen hacer las autoridades cada vez que realizamos alguna movilización, así lo hicieron durante las protestas de 2011 y 2012 (por el asesinato de dos normalistas, a manos de policías federales y ministeriales de Guerrero), les gusta dejarnos sin comida para presionarnos, para que dejemos de protestar, pero como nosotros ya conocemos esta forma de actuar de las autoridades, tan pronto como empezamos el movimiento llamamos a la solidaridad y ésta es efectiva, hasta el momento: las organizaciones civiles, los egresados, los estudiantes de otras universidades del país, los vecinos y ciudadanos de Guerrero saben que en estos casos las autoridades siempre nos suspenden las raciones alimenticias, y ellos mismos (los organismos civiles y la ciudadanía) son los que nos están apoyando, difundiendo, acopiando víveres… así es como este movimiento continúa“.
El apoyo del gobierno estatal, aclara el representante de los normalistas, “la verdad que no es mucho, aunque éste es un internado del sector público, y obviamente nos tienen que estar mandando alimentos las autoridades, esa es su obligación, pero desde finales de septiembre esto no ha sido así, sin explicación, simplemente dejaron de enviar los recursos”.
En la Normal de Ayotzinapa, detalla, los 520 alumnos suelen recibir tres raciones de comida, “un desayuno ligero, una comida fuerte, y una cena también ligera, pero como ahora nos estamos alimentando con los víveres que nos ha donado la ciudadanía, tenemos que racionar aún más los alimentos, y sólo estamos haciendo dos comidas: una a las 9 de la mañana y una a las 4 de la tarde… en la noche, comemos cualquier cosa.”
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