El PRI le apuesta a la necesidad económica y a la ignorancia de los posibles votantes
Aunque estas técnicas fueron inventadas y probadas por el PRI, su uso no es privativo de ese instituto político
A menos de una semana de que se lleven a cabal elecciones en 4 estados del país, las acusaciones por compra de votos han sido constantes, sobre todo en el caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien de acuerdo con encuestas recientes podría perder los comicios en al menos dos estados.
Sin embargo la compra o condicionamiento del voto no es una práctica nueva, esta se ha llevado a cabo durante años en nuestro país ya sea mediante la entrega de dádivas a los ciudadanos, o bien el condiciomamiento de programas sociales.
Al respecto, la doctora Ivonne Acuña Murillo, de la Universidad Iberoamericana, detalló diez estrategias que se usan en las elecciones para acarrear votos:
1.- El acarreo: consiste en ‘facilitar’ la movilización de votantes para asegurar que lleguen a las casillas el día de las elecciones. Para ello se les proporciona transporte, camisetas, abanicos, gorras, alimentos, refrescos, etc..
2.- El mapache: operador encargado de toda la logística para que toda operación electoral funcione. A su vez, éste se coordina con otros ‘mapache’ situados en la mesa de votación.
3.- La mesa que más aplauda: involucra la compra de los funcionarios de la mesa directiva de casilla para que faciliten el trabajo del mapache.
4.- El carrusel: estrategia para votar varias veces por el mismo candidato utilizando para ello a un grupo de personas que recorren distintas casillas con varias credenciales falsas, para lo cual, se hace necesario que algún funcionario de casilla (un “mapache”) les permita votar de cualquier manera.
5.- La urna embarazada: consistente en llenar de votos del candidato favorecido las urnas de votación. Puede sustituirse la urna por completo o rellenar con votos previamente robados en otras casillas electorales.
6.- La catafixia: los ‘mapaches’ de un partido dan al elector una boleta marcada por su candidato, para que la introduzca en la urna y al salir entregue al ‘mapache’ la boleta en blanco que le proporcionaron los funcionarios de casilla.
7.- El ratón loco: el votante (ratón) será confundido para que no pueda votar. Se intentará ‘enloquecer’ al votante alterando la lista donde debería estar su nombre, enviándolo de casilla en casilla, donde se repetirá la estrategia hasta hacerlo desistir o cierre el colegio electoral.
8.- La uña negra: se trata de neutralizar a escondidas el mayor número de votos adversos rayando todas las boletas posibles para que sean anuladas a la hora del conteo. Por supuesto, esto sólo puede hacerlo uno de los funcionarios de casilla (‘mapache’) previamente ‘apalabrado’.
9.- Uso de celulares: esto con el fin de que le votante pruebe que voto por determinado candidato. Se pide al votante que una vez cruzado el nombre del candidato requerido en la boleta electoral, le tome una foto. Al salir, la muestra al ‘mapache’ como prueba para recibir aquello que previamente se le haya ofrecido.
10.- Copia de la credencial: esta es la más tradicional. A cambio de una copia de este documento, se lo ofrece una tarjeta electrónica y se hace la promesa al votante de que al ganar el partido que las entrega, se les depositarán las cantidades negociadas.
Aunque estas técnicas fueron inventadas y probadas por el partido que más años ha ejercido el poder político en México, su uso no es privativo de ese instituto político.
“Todas estas estrategias y muchas más se aplican sobre grupos humanos cuya necesidad les hace obviar sus convicciones, preferencia electoral y tradición familiar”, apuntó.
De acuerdo con Acuña Murillo, en el Estado de México, se prefigura una ‘elección de Estado’, cuyos votantes a capturar son los más pobres.
“El punto aquí es que pareciera que el PRI quiere ganar la elección del Estado de México a como dé lugar”, pues la cantidad de recursos utilizados rebasan con mucho los topes de campaña, asegura.
“Se entiende semejante despliegue, cuando se piensa que éste es el último y más importante bastión del PRI, en recursos, historia, símbolos y votos, y que de perderlo estaría prácticamente perdiendo también la elección presidencial de 2018”, detalló.
“El PRI apuesta a ganar estas elecciones comprando por enésima vez a su ‘voto duro’, cuyo perfil se vincula muy bien con las cifras antes referidas. El voto duro priista se compone en su mayoría de hombres mayores de 46 años, pobres y con escasa educación formal. Es así que, para no variar, el PRI le apuesta a la necesidad económica, a la ignorancia y a la impuesta tradición de aquellas personas cuyas características las hacen las víctimas idóneas de un partido que acostumbra quebrar voluntades entregando migajas”, aseguró.
Fuente: Aristegui Noticias
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