El 70 por ciento de los recursos de agua dulce en México están afectados por la contaminación, con un 31 por ciento descrito como extremadamente contaminado, revela información de la propia Comisión Nacional del Agua (Conagua) consultada por Contralínea.
La dependencia federal cuenta con 5 mil 150 sitios de monitoreo de la calidad del agua. Los resultados de la evaluación correspondiente a 2012 (último reporte generado) determinaron que de ellos, 208 están clasificados como fuertemente contaminados.
Mercurio, plomo, cadmio, níquel, cromo, arsénico, cianuro, tolueno, benceno, cloroformo e incluso compuestos como cloruro de vinilo y disruptores hormonales como el DEHP se pueden encontrar en los ríos del país.
Las principales fuentes de contaminación son las aguas residuales municipales (las que son manejadas en los sistemas urbanos y rurales de alcantarillado), y las aguas residuales que son descargadas directamente a los cuerpos de agua provenientes de las actividades productivas, principalmente de la industria y la minería.
Actualmente se descarga a los ríos un volumen de 7 mil 663 millones 248 mil metros cúbicos de aguas residuales municipales por año, y alrededor de 5 mil 950 millones 843 mil 200 metros cúbicos por año de industriales, un total de 13 mil 614 millones 91 mil 200 metros cúbicos anualmente, de las cuales reciben tratamiento sólo un 40.5 por ciento de las primeras y menos del 16 por ciento de las segundas, asegura, por su parte, Greenpeace México.
Los “accidentes” ambientales
Las descargas constantes y “permitidas” son las principales fuentes de polución, pero no las únicas: las emergencias ambientales también contribuyen a la intoxicación de los ríos mexicanos.
De 2010 a la fecha, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ha tenido conocimiento de más de 2 mil percances ambientales, incluido el derrame, el pasado 6 de agosto, de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre acidulado en el Arroyo Tinajas, municipio de Cananea, Sonora, provenientes de las instalaciones de la empresa Buenavista del Cobre, subsidiaria de Grupo México. Percance que contaminó los ríos Sonora y Bacanuchi.
Aunque a la Profepa no le corresponde la atención y seguimiento de los eventos asociados con derrames de sustancias a cuerpos de agua, siendo esto competencia de la Conagua, en los últimos 4 años le han notificado de 2 mil 507 emergencias ambientales asociadas con sustancias químicas, de éstas 265 afectaron algún cuerpo de agua.
De las más de 200 emergencias relacionadas con cuerpos de agua, la Procuraduría ha presentado cuatro denuncias penales este año debido a la magnitud del evento y los impactos causados al medio ambiente.
Especifica la dependencia federal a Contralínea que también de 2010 a 2014 le fueron reportadas 43 emergencias ocurridas en la actividad minera. De esos años, 2012 fue el que más reportes generó.
En conferencia de prensa para dar a conocer las acciones que el gobierno federal tomaría para atender el derrame en Sonora, David Korenfeld Federman, director general de la Conagua, dijo que en lo que va de la administración de Enrique Peña Nieto se ha tenido conocimiento de 30 emergencias ambientales que dañaron algún cuerpo de agua.
La lista incluye el derrame de asfalto en Ixhuatlán de Madero, Veracruz; el derrame de cianuro en afectación del Río Yaqui, Sonora; el derrame de hidrocarburos en Agua Dulce, Veracruz; la falla de la presa de jales en la minera de Grupo Bacis, en Durango, ocurridos en 2013 o la volcadura de un tráiler que transportaba sulfato de zinc en afectación del arroyo Lazarillo, en Nuevo León; el derrame de cianuro en la mina Proyecto Magistral en el Oro, Durango; y un derrame de queroseno por el choque de dos barcos ocurrido entre Matamoros, Tamaulipas, y Texas en 2014.
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